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A los estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun se les ha otorgado el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2024 por el descubrimiento del microARN. Han conseguido averiguar que, en los organismos vivos, incluido en los humanos, hay una clase de molécula de ARN que son esenciales para nuestro desarrollo y funcionamiento. Ramon Eritja, investigador del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC), ha estado en 24 horas de RNE para explicar en qué consiste este descubrimiento.

El investigador ha explicado que "los micro ARN son unas moléculas que producimos y que su función es regular los genes que están codificados [...] El poder modular que estas proteínas se expresen en un tejido y no en otro es una de las funciones que tienen estos MicroARN". Eritja ha añadido que este descubrimiento hace ver "la complejidad de la regulación de las células" y ayuda a que el funcionamiento del cuerpo sea un funcionamiento de precisión, ya que las cantidades de estos reguladores tienen que ser unas determinadas, y cuando se desregula ayuda a ver que algo está pasando, como cánceres o enfermedades metabólicas.

Sus manos reconstruyen las heridas de otros en su jornada laboral, es Lola Tórtola, tiene 27 años y es cirujana. Sus manos también han escrito Los dioses destruidos, su primer libro, por el que ha recibido el Premio Nacional de Poesía Joven.

"Tanto la poesía como la cirugía reconstructiva se preocupan por la belleza, que parece algo frívolo, que la gente suele menospreciar, pero yo creo que es algo fundamental", indica Tórtola.

Un año de Medicina en Roma alumbró su poesía, que habla de antigüedad y mitos. Historias sobre los cimientos de la cultura europea, convertidos en ruinas. "Falta de referentes, de ideas fijas, de dioses, de creencias inamovibles. No aporto soluciones, pero quería hablar de esa pérdida", confiesa la autora.

Además, Tórtola confiesa cómo ha ido escribiendo este libro en todo tipo de lugares y momentos: "Lo que he ido escribiendo ha ocurrido entre los metros, trenes, entre las noches de guardia, las noches de fiesta", indica. Lola le ha puesto voz al discurso de una generación con un futuro incierto. Un futuro que quizá lo hubiera podido predecir el oráculo de Delfos.