Al frente religioso se le suma ahora el judicial. Las clarisas de Vitoria van a presentar una demanda para anular la compraventa del monasterio de Orduña, que fue adquirido por las de Belorado. Se echan atrás porque la congregación burgalesa, alegan, no cumplió con los pagos. Había una señal inicial pequeña de pago y un compromiso de plazos en los sucesivos años que fue incumplido.
El vicario de la Diócesis de Vitoria reconoce que las monjas de Belorado pasaban por graves dificultades económicas, lo que les pudo llevar a abrir las puertas de su convento al excomulgado Pablo de Rojas. Y asegura que esta comunidad no había mostrado antes ninguna duda religiosa. Cree que lo sucedido daña la imagen de la Iglesia.
En las últimas horas, las clarisas se han reafirmado en su salida de la Iglesia y han llamado hereje al Papa. Los obispos han emitido un comunicado en el que sugieren que el cisma de las clarisas parece fruto del engaño de una secta. Dudan de que las hermanas apoyen la decisión de la abadesa y las animan a expresarse. De momento, solo una de las monjas ha abandonado la rebelión.