El 5 de febrero, el papa se disculpaba: no podía leer la catequesis por un fuerte resfriado. El día 9, dejaba a medias la homilía por "dificultades en la respiración". El 14 de febrero, ingresó en el hospital Gemelli de Roma. Durante las cinco semanas que ha pasado allí, su salud ha sufrido altibajos.
La "infección polimicrobiana" del principio desembocó en una neumonía bilateral. A pesar de su "situación clínica compleja", así la definía el Vaticano, ha seguido haciendo nombramientos. Visitas solo ha recibido una: la de la presidenta Giorgia Meloni, el 19 de febrero. Ella dijo que Francisco conservaba el sentido del humor.
Tres días después llegó la primera crisis: una crisis respiratoria asmática prolongada y una insuficiencia renal leve que despertó mucha preocupación. La otra crisis repentina, el 28 de febrero, provocada por un broncoespasmo. Ha superado ambas crisis y ha ido respondiendo al tratamiento, alejado hasta ahora de las cámaras.
La única imagen del pontífice en este tiempo fue de espaldas, en la capilla del hospital, el 16 de marzo. Diez días antes se le escuchó en un audio suyo en español.
Foto: El Vaticano