La violencia machista no siempre se manifiesta con golpes o agresiones físicas. A menudo, se esconde tras un velo de sutiles manipulaciones, celos enfermizos y control excesivo, que se inicia a edades cada vez más tempranas.
En los pasillos de un instituto de secundaria, más allá de los libros y exámenes, se libra una batalla silenciosa contra esas formas de violencia machista. La Federación de Mujeres Rurales está detrás de muchas de las charlas en las que se busca prevenir el maltrato y aportar más conocimiento a los jóvenes.