Las propiedades de las semillas

Nos aportan ácidos grasos saludables

En general destacan por su contenido en ácidos grasos esenciales. Como explicábamos tienen que almacenar grandes cantidades de energía para que, en las condiciones apropiadas, de ellas pueda crecer una planta. También tienen mucha fibra, otro motivo por el que resulta muy interesante consumirlas por ejemplo para combatir el estreñimiento.

Y por supuesto cada tipo de semilla destaca por un aporte concreto. Por ejemplo, las semillas de sésamo son muy ricas en calcio, incluso son una de las mayores fuentes vegetales de este mineral como ya os explicamos en este artículo. Por otra parte, la chía y el lino contienen grandes cantidades de ácidos grasos omega 3, pero es conveniente dejarlas en remojo (por ejemplo la noche anterior en leche o bebida vegetal) para que suelten los mucílagos que tienen. Incluso podemos utilizar los que contiene el lino para sustituir el huevo en algunas recetas.

Las de amapola es muy habitual encontrarlas decorando algunos panes, pero no por ello pienses que se convierten en opciones saludables, sobre todo si estamos hablando de panes elaborados con harinas refinadas, (te explicamos aquí por qué es importante escoger siempre que podamos opciones integrales). Y respecto a las más clásicas, como las de girasol o calabaza, recuerda que es mejor elegir siempre las opciones más naturales. Es decir, en crudo o tostadas, no fritas o saladas.

Cómo incorporarlas a nuestra dieta

Aunque lo más habitual es incluirlas a cucharadas en cereales o yogures, ¡échale imaginación! Tienes muchas opciones para tomar semillas e incluirlas en tus platos. Por ejemplo como te hemos explicado dejándolas en remojo y aprovechando sus mucílagos, o elaborando patés vegetales como el tahini… En definitiva, resultan un ingrediente muy interesante y no solo por sus buenas propiedades nutricionales, sino por su buen sabor y sus opciones en cocina.