Abdel Basset al-Megrahi, el único condenado por el atentado de Lockerbie en el que murieron 270 personas en 1988, ha reaparecido para asegurar que su participación en el ataque ha sido exagerada y que lo que realmente ocurrió se sabrá pronto en una entrevista con la agencia Reuters, la primera desde que los rebeldes tomaron el poder en Libia y depusieron a Muamar Gadafi.
Los rebeldes libios han reanudado hoy el asalto contra Sirte, ciudad natal de Gadafi y uno de los últimos focos de resistencia de sus leales. El ataque se produce después de dos días de tregua para evacuar a la población aunque no se ha respetado del todo. Los rebeldes denuncian que los gadafistas utilizan a civiles como escudos para frenar su ataque.
La Cruz Roja ha alertado de la preocupante situación de la población civil en la ciudad libia de Sirte, sitiada por los rebeldes y defendida por fuerzas pro-Gadafi. En las últimas horas, un convoy de la organización internacional que iba a introducir material médico en la localidad ha tenido que retroceder porque los asaltantes seguían disparando.
La caravana de vehículos de la Cruz Roja había partido de un puente varios kilómetros al oeste de Sirte, pero tras recorrer 100 metros han tenido que parar porque las tropas del Consejo Nacional de Transición continuaban disparando morteros, artillería, granadas y armas anti-carro.
El comandante rebelde Ismail al Sosi ha culpado a las milicas gadafistas de los disparos. "Nosotros no hemos comenzado a disparar, han empezado ellos", ha declarado.
Los habitantes de Sirte necesitan comida, agua, combustible y medicinas. "Intentamos llevar asistencia médica y oxígeno al hospital de la ciudad. Estamos muy preocupados por la situación médica", ha advertido Hishem Jadrawy, portavoz de la Cruz Roja.
Los rebeldes libios se aprestan a lanzar en las próximas horas el que consideran será el asalto final a Sirte, una vez finalizado el ultimátum fijado por éstos para que los habitantes dejen la ciudad.
El presidente del Consejo de Transición Libio (CNT, órgano político de la rebelión), Mustafá Abdulyalil, dijo este sábado que los rebeldes habían informado a los habitantes de Sirte, ciudad natal del depuesto líder libio, Muamar al Gadafi, de que disponían de 48 horas para abandonar la región.
Ahmed Bani, portavoz militar del CNT, recordó una vez más que el asalto final contra esta ciudad había sido aplazado por la presencia de miles de civiles.
Desde hace más de una semana miles de familias originarias de esta ciudad, situada a 360 kilómetros al este de Trípoli, han huido de la zona en dirección a Misrata, la ciudad vecina en el oeste.
Más de 1.200 listas, con unos 10mil candidatos, aspiran a entrar en la Asamblea Nacional Constituyente de Túnez, que redactará la nueva Carta Magna. Encabezan las encuestas el partido islamista "Nahda" y el laico Partido Democrático Progresista.
Con la caída de Trípoli el conflicto libio parecía sentenciado. Pero Sirte o Bani Walid están resistiendo todas las ofensivas en nombre de Gadafi. Los expertos lo achacan a la falta de "cultura política" tras 42 años de férrea dictadura. "que no solamente afectaba a las instituciones, estructuras políticas, al reparto de poder, sino también a la educación y la mentalidad de una sociedad cuyo 75% no ha conocido otro líder." Por eso muchos libios seguirían defendiendo al Coronel, al que creen aún en el país.
Interpol ha anunciado este jueves que ha emitido una orden de detención contra Saadi Gadafi, uno de los hijos del depuesto líder libio Muamar al Gadafi, a petición del Consejo Nacional de Transición (CNT) de Libia.
La organización policial con sede en Lyon (este de Francia), ha precisado que la "alerta roja" emitida contra el hijo de Gadafi se basa en la presunta apropiación indebida de propiedades por medio de la fuerza e intimidación armada cuando era responsable de la Federación Libia de Fútbol.