Cerrado, sin actividad ninguna. Así está hoy el parlamento egipcio, después de que anoche, el Tribunal Constitucional, ordenase suspender el decreto con el que el presidente Morsi lo reabrió hace dos días. Ayer, se celebró una sesión que duró 12 minutos. Solo asistieron los diputados islamistas y los salafistas, mayoritarios en la cámara. La población mientras tanto vive pendiente de esta lucha que mantienen, por el poder legislativo, la Junta Militar, que decidió disolverlo, y los islamistas, vencedores de las elecciones, que quieren que recupere su voz. La decisión del Constitucional dice este manifestante debería ser nula. El presidente es quien tiene la autoridad. Los jueces, se queja, están interfiriendo en la política. La batalla por el parlamento es interpretada por muchos como la lucha entre el nuevo gobierno y el antiguo regimen de Mubarak.
Creo, dice este otro manifestante, que es el pueblo el que da el poder al Parlamento.
No se sabe cuando volverá a abrir sus puertas. Mientras hoy, Mohamed Morsi ha iniciado un viaje a Arabia Saudí, el primero como presidente de Egipto.