El tiroteo de Uvalde (Texas) de este martes, que ha dejado al menos 19 niños y dos profesores muertos, es el último de una serie de asaltos en centros educativos en EE.UU., y uno de los más mortíferos. El atacante, Salvador Ramos, había comprado rifles de asalto nada más cumplir 18 años y era alumno de un instituto cercano. Ha sido abatido por la Policía.
El ataque más sangriento en una escuela primaria se produjo en 2012 en Newton (Connecticut), cuando otro joven, Adam Lanza, mató a 26 personas, incluidos 20 niños. En 2007, Seung Hui Cho, mató a 32 compañeros de la Universidad Virginia.