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La aviación rusa ya ha completado una treintena de misiones de vuelo en menos de 48 horas en varias provincias del país árabe. De momento no ha sido posible cuantificar las víctimas. Según el observatorio sirio de derechos humanos al menos siete civiles han muerto durante la noche.  Un portavoz ruso asegura que hasta ahora sus operaciones aéreas han destruido dos campos de entrenamiento y centros de mando de los yihadistas.

Yemen es uno de los tantos conflictos olvidados y Unicef ha llamado este viernes la atención sobre lo que está ocurriendo allí. Todo se remonta a una grave crisis política que se agudizó, hace poco más de un año, con el levantamiento de los rebeldes hutíes que conquistaron la capital, Saná, en medio de protestas masivas en la calle por el encarecimiento de la gasolina. El pasado enero forzaron la renuncia del presidente Hadi, que se exilió en Arabia Saudí. Un par de meses más tarde, las autoridades saudíes formaron una coalición de países árabes para restaurar el mandato de Hadi y se inició una campaña de bombardeos que continúa actualmente. Dice Unicef que en estos seis meses, la ofensiva saudí y el fuego cruzado en las calles han causado la muerte de al menos 500 niños y han herido a otros 700 (02/10/15).

El Ministerio de Defensa ruso ha informado este jueves de una nueva operación aérea contra las posiciones del Estado Islámico en Siria. Esos bombardeos han despertado recelo en la comunidad internacional, sobre todo en EE.UU., porque Rusia, el principal apoyo internacional para el régimen de Damasco, se había comprometido con la Casa Blanca a unirse a los esfuerzos contra los radicales islamistas en Siria. Pero el Kremlin ha optado por responder a la petición de ayuda que le formuló Bashar Al Assad, y eso ha encendido las alarmas. Antonio Marquina, catedrático de Seguridad Internacional en la Universidad Complutense de Madrid, analiza si la intervención rusa cierra la puerta a una solución diplomática a la crisis en Siria (01/10/15).