El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, trata este miércoles con su colega ruso, Serguéi Lavrov, la escalada de la guerra en Siria en medio de las presiones occidentales para que el Kremlin de la espalda al régimen de Bachar al Asad. No está confirmado que el presidente Putin reciba al jefe de la diplomacia estadounidense en esta visita. Tillerson y el mandatario ruso ya mantuvieron en el pasado una relación afable, Putin condecoró a Tillerson cuando este era el director de la petrolera Exxon e invertía grandes cantidades en Rusia. Ahora llega en calidad de representante de EE.UU., con un conflicto diplomático recién desatado y con la delicada misión de negociar las posiciones en la guerra de Siria y el futuro de Al Asad.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, ha aterrizado esta tarde en Moscú con un mensaje para el presidente ruso, Vladímir Putin: Rusia tiene que elegir entre apoyar a Estados Unidos respecto a Siria o seguir respaldado al régimen del presidente sirio Bachar al Asad.
Pyongyang asegura que el país está listo para la guerra tras el despliegue de la Armada estadounidense en la península coreana. Con su habitual lenguaje, el régimen norcoreano advierte de consecuencias catastróficas si Washington continúa, dice, con sus provocaciones.
El decano de los periodistas en Oriente Medio, Tomás Alcoverro, presenta "¿Por qué Damasco?". Algunas claves de lo que pasa en esa región del mundo siempre incendiada y que conoce desde hace más de 40 años como corresponsal de 'La Vanguardia'.
El periodista sostiene que "la guerra de Siria es una sepultura de la información, y quien dice que entiende lo que ocurre allí, es que se lo han explicado mal". Lo que empezó como la primavera siria se ha convertido en un sangriento y complejo campo de batalla internacional que dura ya más de seis años y a Alcoverro, Bashar Al Asad aún no ha ganado, pero la oposición ya ha perdido.
Estados Unidos ha enviado una flota hacia la península de Corea en respuesta a los últimos ensayos con misiles de Pyongyang. La flotilla, liderada por el portaaviones Carl Vinson, ha suspendido una visita prevista a Australia y volverá a aguas cercanas a Corea del Norte, donde ya estuvo hace un mes en maniobras militares con Seúl. La respuesta de Corea del Norte ha llegado con un comunicado en el que sostienen se trata de una advertencia que justifica todo el reciente refuerzo de su arsenal nuclear para la autodefensa. Retórica bélica norcoreana, frente a las palabras más medidas de Pekín, Seúl y Tokio que afirma que la flota es un elemento disuasorio pero no han entrado desde el Gobierno nipón a darle una clara y abierta bienvenida. Seúl ha rebajado la posibilidad de que Estados Unidos realice un ataque preventivo, aunque reconocen que la crisis ha llegado a un punto de gran tensión, en vísperas además de que Corea del Norte celebre el aniversario del abuelo de Kim Jon Un y lo pueda hacer coincidir con otro ensayo nuclear de mayor envergadura.
No es un mensaje que solo mande a Siria, sino a Rusia, a Corea del Norte y el resto de actores con quienes pueda entrar en conflicto o colisión en los proximos meses.