El sexto ensayo nuclear de Corea del Norte ha resultado ser el más potente hasta la fecha, 50 kilotones estima su vecina Seúl, casi cuatro veces la bomba de Hiroshima. Pero su onda expansiva, además de un seísmo de magnitud 5,7, ha provocado un terremoto mayor en el intercambio de amenazas con su enemigo más odiado, EE.UU.. Sobre la condena generalizada internacional y las decisiones del Consejo de Seguridad este lunes, sobrevuela la amenaza de Washington de una "respuesta militar masiva" expresada el domingo por el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, en caso de ataque a EE.UU. o a sus aliados, aunque sin buscar "la aniquilación total", ha dicho. También el domingo, con el ataque aún candente en las portadas, el presidente estadounidense, Donald Trump lanzó un ultimátum de otra naturaleza: "Bloquear todos los intercambios comerciales", algo que aplicaría a "todos los países que mantienen negocios con Corea del Norte". La medida afectaría gravemente a China, que absorbe el 90% de las exportaciones norcoreanas, y colateralmente al propio EE.UU., ya que China, ademñás de ser la segunda economía mundial, es el principal socio económico de Washington.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente esta nueva prueba mientas este mismo lunes Pyongyang ya avisa de nuevos movimientos. Incluso el bloque de los BRICS, las potencias emergentes que incluye también a Rusia y China, ha expresado el rechazo unánime, a pesar de la habitual prudencia que como socios históricos de Corea del Norte practican.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reune este lunes a las 16.00 hora española para analizar la situación. Precisamente con ella, el líder norcoreano desoye las últimas sanciones impuestas por este organismo el pasado 5 de agosto, en las que le instaban a detener las prácticas nucleares.