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El presidente sirio, Bashar al Asad, ha hecho este domingo una de sus escasas apariciones públicas al participar en una mezquita en Damasco en la oración de Aid al Fitr, la fiesta del final de Ramadán, en un día en el que expira el mandato de los observadores internacionales de la ONU en Siria.

Los medios estatales han anunciado que Al Asad ha rezado en la mezquita de Al Hamd, ubicada en el barrio Al Muhayerin, en Damasco, junto a varios altos cargos del Estado y del partido gubernamental de Al Baaz.

En ese evento también han estado presentes el primer ministro sirio, Wael al Halqi, el presidente del Parlamento, Mohammed Yihad al Laham, y el secretario adjunto del partido gubernamental Al Baaz, Abdulah al Ahmar.

Las imágenes difundidas por la televisión estatal muestran al mandatario sirio en la primera fila de decenas responsables y ciudadanos sirios escuchando junto al mufti del país, Ahmed Hasun, el sermón del imán.

La fiesta del final del Ramadán en Siria coincide con la culminación a medianoche del domingo de la retirada de los observadores internacionales, aunque la ONU mantendrá una pequeña oficina política en Damasco.

El enviado especial de TVE a Siria visita el hospital de Tsrim, donde se recuperan muchos de los militares que han resultado heridos luchando por el régimen. El número de muertos ha aumentado incluso en el bando gubernamental. En este hospital, en dos días han muerto más de 40 militares. Por otra parte, la TV siria ha negado que el vicepresidente, Faruk Al Shara, haya desertado como ha asegurado la cadena de televisión Al Arabiya.

El régimen de Bachar al Asad tiene que hacer frente a nuevos rumores de deserciones. La televisión estatal ha hecho público que el vicepresidente, Faruk Al Shara, felicita también a Brahimi por su nombramiento, saliendo así al paso de las informaciones que aseguraban que Al Shara había abandonado el país.

La televisión Al Arabiya, citando fuentes del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), había asegurado que Al Shara había huido a Jordania.

Sin embargo, la TV siria ha negado este extremo. "Faruk Al Shara nunca ha pensado ni por un momento en abandonar el país", asegura un comunicado citado en antena.

La nota oficial explica que "desde que comenzó la crisis siria Al Shara trabaja con diferentes sectores para cesar el derramamiento de sangre y entrar en un proceso político de diálogo global". El objetivo de ese diálogo es lograr la reconciliación nacional, para que se preserve "la unidad y seguridad de su territorio y la integridad e independencia nacional, lejos de cualquier intervención militar extranjera", agrega el texto.

La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, ha declarado este jueves que el número de personas que necesitan asistencia en Siria ha aumentado de un millón en marzo a dos millones y medio debido al aumento de la violencia.

Según Amos, la violencia entre el régimen sirio y los rebeldes debe bajar antes de que se pueda hablar de una posible entrada de ayuda humanitaria a los lugares más castigados.

"Más de un millón de personas han sido desarraigados y se enfrentan a la indigencia. Otro millón tienen necesidades humanitarias urgentes por el impacto de la crisis sobre la economía", ha señalado Amos.

"La violencia se ha intensificado y a menudo es indiscriminada. Todas las partes deben hacer más para proteger a los civiles. La situación humanitaria ha empeorado desde que estuve aquí en marzo", ha señalado la responsable de la ONU en una rueda de prensa en Damasco antes de partir a Beirut.

Las fuerzas leales al régimen sirio y los rebeldes se han enfrentado este miércoles cerca de la sede del Gobierno y de la embajada de Irán en el barrio de Mazzeh, en Damasco, según han informaron grupos opositores. Los enfrentamientos se han producido horas después de que se produjera un atentado cerca del hotel donde se hospedan los observadores de Naciones Unidas en Siria.

La Organización de la Conferencia Islámica estudia suspender a Siria como miembro. Mientras, Estados Unidos anima a más dirigentes sirios a desertar, como ya hizo el ex primer ministro. Riad Hijab ha asegurado hoy desde su refugio en Jordania que el régimen de Al Assad se está derrumbando económica y militarmente.

Todos los países, excepto Israel, refugian a los sirios que huyen de la violencia. Turquía acoge a 50.000 refugiados y al opositor Consejo Nacional de Transición sirio. En este país, se han intensificado los choques con la milicia kurda del PKK. Ankara acusa a Al Assad de suministrarle armas y ha reforzado la vigilancia de su frontera con Siria. El Líbano da refugio a unos 35.000 sirios mientras teme que la violencia que enfrenta a alauíes y suníes se contagie a su territorio, donde ya ha habido varios enfrentamientos sectarios mortales.