Se disputan desde el año 2012 rebeldes y régimen. Los grupos armados opositores han logrado en los últimos días avances significativos, aunque el gobierno de Bachar al Assad lo niega. Escenas de euforia en Alepo. Los rebeldes han conseguido romper el cerco de las tropas de Al Asad, y abrir una nueva vía de suministros, tras pasar un mes asediados.
La ciudad siria de Alepo está siendo el escenario de una de las mayores batallas, hasta la fecha, entre los rebeldes y el Ejército sirio. Los primeros lanzaron el domingo una amplia ofensiva para intentar romper el cerco de las Fuerzas Armadas entorno a sus feudos en esta ciudad del noroeste del país, capital de la provincia del mismo nombre. Los rebeldes intentan conectar los sectores que aún controlan en el este de la ciudad, donde viven unos 250.000 civiles, con sus posesiones en el oeste de Siria. El Ejército, con la ayuda de la aviación rusa, cortó la semana pasada la principal vía de comunicación de estas bolsas de combatientes rebeldes, y ahora intenta desbaratar la ofensiva. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, con sede en Londres) ha asegurado que la ofensiva rebelde es la mayor hasta el momento, con combates en los principales frentes de la ciudad. Una fuente rebelde citada por Reuters asegura que los opositores han desplegado unos 10.000 combatientes y 95 tanques, además de cientos de vehículos con lanza-cohetes, para lo que ha llamado la "gran batalla épica de Alepo".
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Damasco cuenta con el apoyo de los bombardeos de la aviación rusa. El primer objetivo es tomar la población de Tabqa, junto al Eúfrates, cerca de una prisión controlada por los yihadistas, y un aeropuerto militar. Hacia esta ciudad avanzan también, desde el norte, las Fuerzas de Siria Democrática, una coalición árabe-kurda apoyada por EE.UU.
RSF denuncian que hay más de 60 periodistas retenidos en el Siria Son seis extranjeros, veinte locales en manos de facciones opositoras y treinta detenidos por las fuerzas del Régimen de Al Asad. El Estado Islámico ha cambiado las dinámicas de la información en el terreno.
La guerra siria es el mejor escaparate para la industria bélica rusa: los encargos de aviones y helicópteros a Moscú han subido como la espuma desde que Vladimir Putin ordenara la intervención en Siria, el pasado 30 de septiembre.
EE.UU. y Rusia han alcanzado un acuerdo de mínimos para una nueva tregua en Siria, que el régimen de Damasco y la oposición ya están respetando. El alto el fuego no incluye Alepo, la segunda ciudad del país, que sigue sufriendo intensos bombardeos. Desde finales de febrero cuando entro se alcanzó un primer alto el fuego han muerto al menos 2.400 personas.
Aviones de guerra, de origen desconocido, han bombardeado este viernes por octavo día consecutivo distintos barrios de la ciudad siria de Alepo, la mayor del norte de Siria, según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Los aparatos atacaron los distritos de Al Qataryi, Al Mashad, Al Sukari, Bustan al Qasr y Al Sajur. En esta última zona, al menos un menor falleció y otras cinco personas resultaron heridas por los bombardeos. Según AFP, los impactos han afectado seriamente a un centro sanitario en el área rebelde de Alepo hiriendo a una enfermera, suceso que ocurre 24 horas tras el ataque al hospital Al Quds apoyado por MSF.
No obstante, a partir de la medianoche de este viernes entrará en vigor lo que se ha llamado "régimen de silencio". Se trata de un acuerdo patrocinado por Rusia y Estados Unidos que se prolongará 24 horas en Damasco y sus suburbios (localidades como Daraya) y 72 horas en Latakia. Así lo ha trasladado Reuters según fuentes mencionadas por la agencia RIA.
El régimen de Bachar al Asad celebra elecciones legislativas en las zonas que controla, unos comicios que la oposición y la ONU considera ilegítimos. Mientras, los combates se recrudecen en Alepo y amenazan con hacer descarrilar las endebles conversaciones de paz de Ginebra.
El gobierno de Al Asad no se incorporará hasta el próximo viernes a las negociaciones de paz en Ginebra, por estos comicios, que la oposición denuncia como ilegítimos. Siria lleva ya más de cinco años en guerra, con más de un cuarto de millón de muertos.