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La Agencia Estatal de Meteorología pronostica que el verano será más seco de lo normal en toda España y más cálido de lo habitual en en el sur, Baleares y Canarias. Además, la AEMET ha confirmado que la primavera de este año ha sido la cuarta más cálida desde 1965 en España y que abril y mayo han sido los meses más calientes en la Tierra desde que hay datos, con temperaturas hasta 8 grados superiores de lo normal en Siberia.

El calentamiento global nos está obligando a reconsiderar el paradigma energético que viene funcionando en todo el mundo desde la primera revolución industrial. Entre las grandes empresas del sector que están abanderando este tránsito está Iberdrola. Su director de Cambio Climático es Gonzalo Sáenz de Miera.

La crisis provocada por el coronavirus ha llegado en un momento decisivo para el sector del automóvil, que afronta, una vez más, la gran revolución del sector en sus más de cien años de historia: cómo impulsar el coche eléctrico.

Siempre en tendencia y siempre utópico. Década tras década el eléctrico ha sido un reto constante de la industria automovilística. Por ser rentable, viable y ecológico. En 120 años de historia, la industria del automóvil afronta su transformación más drástica en un momento especialmente incierto. Para el usuario las incógnitas se multiplican: ¿diesel, eléctrico, híbrido? Fiel a la costumbre, el coche eléctrico sigue en tendencia.

Los desafíos son tantos en estos momentos que el desarrollo del coche eléctrico es solo uno más. Primero tiene que superar el shock del confinamiento, la caída del 98 % en las ventas y el parón total de la producción. Y además cumplir con otros compromisos ineludibles, como son la descarbonización del parque, la conectividad y automatización de los vehículos o la digitalización.

Ahora bien, la crisis de la pandemia ha acelerado los plazos y el coche eléctrico ya no es una utopía. Es una tecnología emergente, una realidad, que ahora mismo es un complemento dentro de la cartera de productos a elegir.

Isabel Muñoz, Premio Nacional de Fotografía, nos muestra un trabajo inédito: sus fotografías sobre el calentamiento de los océanos y el cambio climático. Estaba realizando este proyecto en Japón cuando el cierre de fronteras por el COVID-19 la obligó a volver a España

Vuelven a saltar las alarmas por el aumento de temperatura del planeta: el último mayo ha sido el más cálido de la historia. Lo ha anunciado el programa espacial europeo Copérnico, que observa el cambio climático desde sus satélites. La paralización de la actividad por el coronavirus ha reducido las emisiones contaminantes pero no ha frenado el calentamiento global. Se han registrado temperaturas muy superiores a lo normal, especialmente en las regiones gélidas. En Siberia, por ejemplo, ha habido casi diez grados por encima de lo habitual y se han visto zonas donde nunca el deshielo había comenzado tan pronto. También en Alaska la primavera ha sido particularmente suave; ya había áreas sin nieve desde el mes de febrero. El aumento medio en mayo ha sido de 0,6 grados centígrados y los expertos anticipan un verano con picos abrasadores.

¿Cuesta lo mismo comer un filete de ternera que uno de pollo o de pavo? Y no nos referimos al bolsillo del consumidor sino al del medio ambiente. Parece que no, y así se especifica en un novedoso medidor que acaba de estrenar la madrileña Universidad de Alcalá. Sirve para averiguar la contribución al cambio climático de numerosos productos de alimentación, prendas de ropa, o automóviles. Se trata del Observatorio de Huella de Carbono, y uno de sus principales ideadores, el catedrático de Geografía y también Ética Ambiental Emilio Chuvieco, nos introduce en todas sus posibilidades.

Y lo hace en un momento en el que la Comisión Europea acaba de manifestar a través de una estrategia sobre agricultura que el consumo excesivo de carne no es muy bueno, ni para la salud, ni para el aire que respiramos. Pero, ¿y para nuestra ética? Precisamente esa es una de las cuestiones en las que indaga el periodista y escritor Javier Morales en su libro El día que dejé de comer animales: el viaje personal hacia una decisión vital asentada en investigaciones y conversaciones con filósofos, literatos y comunicadores de esta y otras épocas.

Junto con el cambio climático, uno de los retos futuros de la humanidad es el crecimiento demográfico. Esa es precisamente la especialidad del economista Juan Antonio Fernández Cordón.

El Consejo de Ministros ha dado este martes luz verde al anteproyecto de ley del Cambio Climático. Una normativa que prevé que para 2040 los coches nuevos sean de cero emisiones. El texto llega según los expertos, en un buen momento para que la vuelta a la normalidad arranque de una forma más sostenible.

El Gobierno ha aprobado en el Consejo de Ministros el anteproyecto de Ley de Cambio Climático. Es la primera vez que una ley en España recoge este objetivo. Se alcanzará con un sistema eléctrico cien por cien renovable y una movilidad libre de emisiones de CO2.  Con objetivos intermedios: a 2030 en emisiones y eficiencia energética y a 2040, cuando no se podrá comprar coches de combustión. “Es una ley de país, con la que nos retratamos y cumplimos con los españoles, la industria, la economía y sobre todo con las generaciones futuras”, ha declarado la vicepresidenta cuarta Teresa Ribera. La ley ha sido recibida con satisfacción por las ONGs ambientales, aunque consideran que podría ser más ambiciosa. Los sectores del automóvil o energético son más reticentes por las exigencias que deberán afrontar con poco margen de tiempo, han dicho.