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El calor ha matado a más de 500 personas en Norteamérica. En Canadá se han alcanzado en algunos puntos del país temperaturas de casi 50 grados. Los expertos avisan, estos episodios no son aislados, están relacionados con el uso descontrolado de los combustibles fósiles, y van a repetirse. Los científicos coinciden en que cuanto más se caliente el planeta, más se repetirán las olas de calor. "Hace un par de décadas era un fenómeno inusual", señala José Luis García, responsable del programa de Cambio Climático de Greenpeace. Piden rapidez y tomar "decisiones adecuadas" para frenar el cambio climático. Informa María Lladró.

Los expertos alertan de que si no actuamos para frenar el calentamiento global los fenómenos extremos van a ser cada vez más frecuentes, con graves consecuencias para el medio ambiente y la salud de las personas.

Situaciones como la de Canadá podrían llegar a ocurrir en España, y en zonas impensables. Las máximas registradas en nuestro país son de 47 grados en julio de 2017 en Córdoba. Dicen los expertos que los récords de temperaturas altas son más frecuentes que los de temperaturas bajas. El clima se está volviendo más extremo. En la ola de calor de 2003 fallecieron solo por golpes de calor 140 personas en España.

Canadá ha marcado este martes su temperatura más alta de la historia al alcanzar los 49,5 grados centígrados a causa de la extrema ola de calor que sufre Norteamérica, mientras la Policía ha informado de más de cien muertos. La zona más castigada es la frontera entre Canadá y Estados Unidos. La Columbia Británica, Alberta, Oregón y Washington. Hace tanto calor que en Portland se han habilitado centros de enfriamiento.

Foto: JIM WATSON / AFP

Veranos cada vez más cálidos y temporadas de incendios más largas son ingredientes cada vez más habituales en el Ártico. Y aun así durante el largo invierno en la región más fría del mundo...debajo de la nieve nos encontramos una desagradable sorpresa: los incendios zombies. En 'La Hora de la 1', y con ayuda de la realidad aumentada, hemos analizado el círculo "vicioso" del cambio climático y cómo se originan y qué son este tipo de fuegos.

El meteorólogo Martín Barreiro y la periodista Marina Ribel han explicado que reciben ese nombre porque se trata de incendios que, aunque parecen apagados permanecen en una fase latente. En la temporada de verano son cada vez más frecuentes los incendios. Acabado el verano llega la nieve y el frío riguroso de la zona y los incendios aparentemente desaparecen. Pero en realidad, si inspeccionásemos bajo tierra, nos encontraríamos capas activas. Los incendios se propagan por las capas internas, incluso por el permafrost, extendiéndose a grandes distancias. Se encuentran capas con gran capacidad para quemarse como la turba. Y en ocasiones encuentran una vía para salir de nuevo a la superficie, produciéndose un incendio espontáneo aparentemente de la “nada”. Además pueden extenderse o agravar incendios ya activos en la superficie, por no hablar de que la propia combustión emite CO2 en cantidades muy importantes. Algo, que por último, agrava el calentamiento global y es causa -a su vez- inicial del aumento de los incendios árticos.

Con José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF España, para comentar un informe que han publicado, recientemente, y que alerta sobre el impacto del calentamiento global en el Mediterráneo.

El ecocidio podría convertirse en nuevo crimen contra la humanidad. Un grupo de expertos y ONGs piden que la Corte Penal Internacional lo incluya como delito, para prevenir desastres medioambientales. El desastre del Prestige o de Aznalcóllar son claros ejemplos de esta destrucción masiva de uno o varios ecosistemas. Es un daño ilícito o arbitrario grave y duradero provocado contra el medio ambiente. Ahora un grupo de expertos y la campaña Spot Ecocidio pretenden que la Corte Penal Internacional lo considere un crimen internacional. El objetivo es prevenir este tipo de desastres, pero también que el daño deliberado que humanos, industrias o gobiernos causan a la naturaleza no quede impune.

El cambio climático ha demostrado tener un grandísimo impacto en la salud de nuestro planeta, pero también en la salud humana. Se estima que, como mínimo, cada año mueren 250.000 personas en el mundo por esta causa. La Dra. Isabel Urrutia, coordinadora del Año Separ 2021 por la calidad del aire, cambio climático y salud, nos cuenta cómo afectan a nuestro organismo el aumento de las lluvias torrenciales, los cambios bruscos de temperatura, el calentamiento global o los desplazamientos de vectores, entre otros.

En la sección “Abrimos consultas” resolvemos dudas sobre gastroenteritis infantil con el Dr. Fernando Cabañas, jefe del Departamento de Pediatría del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Hospital Quirónsalud San José.

En el 'Café Aspen', un encuentro con los compañeros de Aspen Institute, tomamos el pulso a uno de los grandes debates que construyen nuestro futuro, aunque no esté muy presente en la conversación pública en los últimos años: ¿Cómo nos enfrentamos a la amenaza del cambio climático o al riesgo de agotamiento de los recursos naturales? ¿Qué responsabilidades tenemos ante las próximas generaciones? ¿Cómo podemos proyectar en España la responsabilidad intergeneracional?

José María de Areilza, secretario general de Aspen Institute España, ha dicho que es paradójico que sabemos lo que tenemos que hacer, pero no tenemos el espacio político para hacerlo. "La amenaza climática es mayor que la de la subida de la luz, de la que sí se habla. Es una amenaza a la especie", ha dicho.

Teresa Cavero, consultora independiente de Cooperación Internacional al Desarrollo de Aspen, dice que la sensación es que las generaciones jóvenes son más conscientes. "Van a exigir más que nosotros. El riesgo es inapelable, las generaciones jóvenes no solo en Europa, sino en los países en desarrollo, que ahora tienen acceso a la misma información. Van a exigir cambios", ha explicado.

Iván Martén, presidente de Orkestra, Instituto Vasco de Competitividad, y patrono de Aspen Institute España, afirma que el cambio climático es una realidad y que require una acción inmediata. "Esto tiene una dimensión global, las emisiones es un problema global. El problema que tenemos es que la transición energética significa cosas diferentes en distintas partes del mundo. En Asia el problema es un crecimiento responsable, actuar por el medio ambiente pero crecer. En África la transición energética es pasar de la oscuridad a la luz. Es un problema global que requiere actuaciones inmediatas y diferentes dependiendo del contexto", ha dicho.

Emilio Luque, profesor de Medio Ambiente y Sociedad en la titulación de Ciencias Ambientales en la UNED, ha hablado de la justicia climática. "Creo que la transición climática será justa o no será. Suiza rechazaba medidas climáticas porque no se había atendido a la dimensión de igualdad. La transición climática justa tiene una dimensión temporal, tenemos que tener presentes a generaciones que no están", ha explicado.