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Fue el primer superviviente atendido por los equipos de emergencias en la erupción del volcán de Fuego y su imagen dio la vuelta al mundo. Después de tres días luchando por su vida, Hernández, de 83 años, fallecía el miércoles en un hospital de la ciudad de Guatemala por la gravedad de sus quemaduras. Toda su familia, que residía en San Miguel Los Lotes, ha sobrevivido a la tragedia y cuentan que Hernández se negó a abandonar su hogar. Entretanto, el volcán continúa expulsando fuego y lava y las lluvias arrastran los materiales piroclásticos por los ríos, calentando peligrosamente la tierra.

Crece la desesperación en Guatemala entre los familiares de los desaparecidos y las víctimas mortales el quinto día después de la erupción del volcán de Fuego. Las familias más 'afortunadas' han conseguido enterrar a sus seres queridos, mientras que otras buscan incesantemente en hospitales, refugios y, en última instancia, en las morgues. En el depósito improvisado en Escuintla, Liliana Hernández explica a TVE que ha perdido a 36 miembros de su familia, de los que solo ha recuperado dos cuerpos. Un equipo de 100 personas trabaja para identificar a los fallecidos, de los que solo se ha averiguado la identidad de 28. Los servicios forenses advierten de que el trabajo puede demorarse días o incluso semanas.

El pánico se ha apoderado del municipio guatemalteco de Escuintla, donde una avalancha de material volcánico obligó a la evacuación de tres barrios de la población, en la que residen más de 260.000 personas. Durante largos minutos, los equipos de rescate, voluntarios y supervivientes buscaron refugio ante el rumor de que regresara la lava del volcán de Fuego. En apenas una hora, todo volvió a la normalidad, cuando las autoridades descartaron nuevas erupciones. Ahora, el mayor riesgo es que se produzcan más avalanchas de material volcánico, que pueden alcanzar los 400ºC de temperatura y cuya probabilidad se ve multiplicada por las lluvias.