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De nuevo favorito en 1989, Delgado cometió el mayor despiste de su carrera deportiva en la etapa prólogo de Luxemburgo, al presentarse 2 minutos y 40 segundos tarde en la rampa de salida. Durante dicho prólogo perdió 14 segundos con respecto al vencedor, Erik Breukink, lo que le hubiera valido para ser 16º en dicha etapa, un buen resultado, pero los 2:54 totales le colocaban último en la general. Era la primera vez en la historia del Tour que un campeón en defensa de su título comenzaba en último lugar de la clasificación. En la contrarreloj por equipos de la segunda etapa, Delgado, que había dormido mal presa de la ansiedad y el nerviosismo, se desfondó. Sus compañeros tuvieron que esperarle y el equipo clasificó último con un retraso de 4:32 con respecto al primero. Delgado era ahora último, a más de 7 minutos del vencedor y había perdido casi todas sus posibilidades de victoria. No obstante, desde la primera contra-reloj larga, en la que fue segundo tras un extraordinario Greg Lemond fue recuperando tiempo a los dos grandes líderes de la carrera, Greg LeMond y Laurent Fignon. En la montaña pasó claramente al ataque. En total, fue 2º en tres etapas y 3º en otras dos, además de 2º en la clasificación de la montaña. Terminó el Tour en 3ª posición, a 3:34 minutos del vencedor, lamentándose amargamente por el tiempo perdido durante las primeras etapas.

Indurain, tras reservarse durante la primera semana, marcó un hito en la contrarreloj de Luxemburgo dejando al resto de favoritos a una distancia de entre tres y diez minutos tras ganar la etapa; la prensa francesa comenzó a nombrarlo como "el extraterrestre". El Tour se convirtió en un "todos contra Indurain". En la primera etapa de montaña, debido a un ataque de Chiapucci a más de 200 km de la meta camino de la estación de Sestriere, sufrió más que nunca teniendo hasta un desfallecimiento, que le obligó a vaciarse para conseguir el maillot amarillo. En la etapa de Alpe d'Huez se mantuvo cerca de Chiapucci, realizando una gran ascensión y consiguiendo finalmente la victoria en la ronda francesa sin mayores contratiempos. Tras finalizar el Tour venció en una etapa del Trofeo Castilla y León, en la clasificación general de la Volta a Cataluña y en el Circuit de l'Aulne.

El alemán de 23 años empezó fuerte el Tour del 97, finalizando segundo en la etapa prólogo, sólo por detrás de Chris Boardman. En la 9 etapa, la primera etapa de montaña ganada por Laurent Brochard, Ullrich trabajó para Bjarne Riis, jefe de filas en el equipo Telekom. Sólo en el último ascenso, cuando Richard Virenque atacó, Ullrich reaccionó. Riis sufrió para no perder terreno y finalizó a 30 segundos de Virenque, Marco Pantani y Ullrich. En la 10ª etapa, de Luchon a Arcalís Andorra, con Riis otra vez cediendo terreno, Ullrich se retrasó al coche del equipo a pedir permiso para poder atacar. Volvió a la cabeza del grupo y empujó hasta la cima dejando atrás a Pantani y Virenque, logrando un minuto de ventaja, lo que le valió su primer maillot amarillo. Ullrich ganó la 12 etapa, una contrarreloj, logrando una renta de tres minutos entre él y el segundo clasificado de la general, Virenque, quien había partido tres minutos antes que él.

Perico Delgado llegó al Tour de 1987 como uno de los más firmes favoritos al triunfo final. Consigue arrancar bien en la primera semana y no pierde demasiado tiempo en las etapas cronometradas. En las primeras etapas de montaña, logra un 3º y dos sextos puestos. Se impone en la 19ª etapa y se sitúa 2º en la clasificación general, por detrás del irlandés Stephen Roche. En la 20ª etapa, con final en Alpe d'Huez, logra arrebatarle el liderato a Roche y consigue el maillot amarillo del Tour por primera vez en su carrera. Llevará enfundada la preciada prenda durante cuatro días, durante los cuales intenta por todos los medios aumentar su ventaja sobre el corredor irlandés de cara a la última contrarreloj. Sin embargo, no fue posible, y a pesar de realizar una buena etapa, pierde el liderato el penúltimo día de carrera, terminando finalmente 2º de la general, a 40 segundos de Roche.

El Tour de Francia no solo es ciclismo, significa mucho más. Junto a la caravana de corredores viajan por las carreteras de Francia toda una serie de periodistas, médicos, directores, empresas de publicidad, etc. y sobre todo algo que nunca falla, el público.

La historia del ciclismo español en el Tour de Francia la empezaron a escribir el toledano Federico Martín Bahamontes y el conquense Luis Ocaña. El primero ganó el Tour de 1959 y el segundo el de 1973.

El Tour de Francia nace en 1903 gracias al director del períodico deportivo l'Auto, Henri Desgrange. La idea fue obra del periodista francés Géo Lefèvre quién desarrolló la posibilidad de crear una competición por etapas que transcurriera por parte del territorio francés y que sirviera para promocionar el periódico. Así, el 1 de julio de 1903 el primer Tour de Francia comenzó en Montgeron, en la periferia sur de París, delante del café Le réveil matin a las 15:16 horas. Tomaron la salida 60 ciclistas que cubrieron la etapa inaugural de 467 km hasta Lyon. El recorrido constaba de seis etapas en un total de 2.428 km. El francés Maurice Garin fue el vencedor del primer Tour de la historia, completando la prueba a una velocidad de 25 km/h. El primer vencedor del Tour recibió un premio de 6.075 francos.

Bernard Hinault se convirtió en el tercer ciclista de la historia que ganaba cinco Tours de Francia en 1985. 'El Tejón' se impuso tras un prólogo y 22 etapas de las que una, la decimoctava, tuvo dos sectores. Mucha culpa de la victoria de Hinault la tuvo su joven compañero de equipo, el americano Greg Lemond.

En el año 1982, el bretón Hinault se adjudicó en una misma temporada el Giro de Italia y el Tour de Francia, su cuarta ronda gala. TVE viajó hasta su casa para conversar con la estrella del deporte francés de la época y el último ganador francés de un Tour.

El Tour de Francia de 1973 fue el segundo Tour que vencía un corredor español. El manchego Luis Ocaña consiguió su sueño de ganar la 'Grande Boucle' dos años después de aquella fatídica caída en 1971 que le privó de disputarle a Eddie Merckx la victoria.

'El águila de Toledo' que encandiló a los aficionados al ciclismo nació en el Val de Santo Domingo en el año 1928. Su padre, que se llamaba Julián Martín, ejerció de peón caminero hasta que decidió por su cuenta y riesgo trasladarse a la ciudad de Toledo. Encontró trabajo en un cigarral (una extensa huerta cercada) en las afueras de la ciudad. A los diecisiete años, Bahamontes comenzó a trabajar como carpintero sin mucha suerte. Dentro del deporte se aficionó por la práctica del fútbol y con chavales de su edad jugaba en un basto solar. No lo hacía mal, pero aún así sus compañeros de fatigas le empujaron a que se comprara una bicicleta de segunda mano y les acompañara en algunas excursiones ciclistas. Su padre accedió a realizar el dispendio económico de rigor. Le costó nada menos que 50 duros. La bicicleta, además, le fue de gran utilidad para trasladar fruta de un lado a otro, poderla vender y obtener algún dinerillo.

El secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, se ha declarado "prudente" ante la posible admisión por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) de la hipótesis de la contaminación de la carne por clembuterol, tal y como argumenta la defensa del triple campeón del Tour de Francia Alberto Contador en el caso por su presunto positivo en el Tour de 2010.

El director científico de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), Olivier Rabin, ha admitido que "en algunos países existe la posibilidad de que la carne esté contaminada por clembuterol", un supuesto recogido en "la literatura científica" y al que apela el ciclista español Alberto Contador para proclamar su inocencia. El positivo de Contador y los cinco positivos recientes en la selección mexicana de fútbol, que también alegan contaminación alimentaria, han provocado que la AMA se replantee su postura ante esta sustancia.