El Ejército israelí ha lanzado, a primera hora de este lunes, una nueva oleada de bombardeos sobre Gaza, haciendo caso omiso a los llamamientos internacionales para el cese el fuego tras una semana de ataques que han causado casi 200 muertos en la franja.
En los bombardeos de este lunes han participado 54 cazas, y el Ejército israelí asegura que el objetivo era la red de túneles de Hamás. Las bombas han caído sobre los edificios y carreteras y fábricas en la Ciudad de Gaza y otros lugares del enclave. Al menos una persona ha muerto.
El Ministerio de Seguridad de Gaza eleva la cifra de víctimas de la escalada a 198, incluyendo 58 niños en un conflicto asimétrico en el que la capacidad de fuego de Israel es incomparablemente superior a la de las milicias palestinas.
Israel asegura que los milicianos de Hamás han lanzado unos 60 cohetes este lunes y algunos han caído en las localidades de Beer Sheba y Ashkelon. En total, desde el 10 de mayo en Israel han muerto 10 personas, incluyendo dos menores, y las milicias han lanzado unos 3.150 proyectiles. El 90% de los cohetes son interceptados en vuelo por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro y otra parte, más de 400, han fallado y han estallado dentro de la propia franja.
El domingo, en la reunión del Consejo de Seguridad, EE.UU. ofreció su apoyo en caso de que "todas las partes buscaran un alto el fuego", pero continuó bloqueando una resolución conjunta que pueda perjudicar a su aliado.
Benjamín Netanyahu ha defendido el ataque contra un edificio que albergaba oficinas de prensa, entre ellas las de la agencia Associated Press y la cadena Al Yazira. Según el primer ministro israelí, el edificio albergaba también la oficina de inteligencia de Hamás, por lo que era un objetivo legítimo.