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Nuestra compañera Aurora Mínguez ha hablado con David Grossman, escritor israelí, sobre su visión del momento actual y su última novela 'La vida juega conmigo', en Las mañanas de RNE. Grossman tiene 66 años y lleva prácticamente toda su vida abogando por la paz entre palestinos e israelíes. Perdió su primer empleo como periodista precisamente por defender los derechos de quienes vivían bajo la ocupación israelí.

Es un eterno candidato al Nobel y una de las pocas voces pacifistas que encuentra eco más eco fuera que dentro de su país: un Israel desgarrado por las guerras y la violencia, donde es difícil, subraya, sentirse en casa, en seguridad. "Aquí no conocemos ese lujo. Podría vivir fuera, pero de algúna manera me gusta vivir aquí, es muy interesante". Sobre el futuro, tiene cierto optimismo. "Si queremos lograr la paz, debemos tener en cuenta las necesidades, la historia y los deseos de los dos pueblos."

También hemos hablado con Ana Bejarano, traductora de Grossman al español, que cuenta cómo es trabajar con el escritor y lo diferentes que son sus novelas. "Reelabora mucho la realidad artísticamente, por eso tiene su grandes amantes y sus grandes detractores." Ha explicado que para traducir sus novelas, convive con él y otros traductores durante una semana, en la que él lee su novela y comparte sus pensamientos con ellos. Traducir a Grossman tiene un gran reto. "Todo el judaísmo vive en un presente continuo que los occidentales no acabamos de entender. Para nosotros no está claro qué es el presente, el pasado y el futuro. Se lo hemos explicado los traductores a Grossman, que no sabemos muy bien en qué tiempo se mueve, y él no acaba de entender qué no entendemos. Nosotros necesitamos saber cuándo pasaron las cosas en la novela", ha explicado.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha acusado a Israel de impedir este martes la entrada de las primeras vacunas contra la COVID-19 a la Franja de Gaza, una primera remesa de 2.000 dosis de las 10.000 de la vacuna Sputnik V recibidas de Rusia.

Las autoridades israelíes reconocen que no han dado aún el permiso. La decisión depende del Consejo Nacional de Seguridad israelí, un organismo del gobierno presidido por Benjamín Netanyahu.

Israel controla todas las entradas y salidas desde Cisjordania a Gaza, así como la mayor parte de su costa, aparte de la estrecha frontera que comunica la franja con Egipto por el sur. Ambos países, Israel y Egipto, mantienen un bloqueo de Gaza desde que Hamás ganó las elecciones allí en 2007.

Hasta el momento Gaza, con dos millones de habitantes, ha detectado casi 55.000 casos de coronavirus, de los que unos 2.300 continúan activos, con 538 fallecidos. En Cisjordania (3 millones de habitantes) se han registrado 168.000 casos y 1.936 fallecidos.

Diversas organizaciones internacionales, como la ONU, y ONG locales han exigido a Israel responsabilidad como "potencia ocupante" en la vacunación de la población palestina.

Foto: Una mujer con mascarilla pasa ante una pintada en Gaza. REUTERS/Mohammed Salem

El Tribunal Penal Internacional también podría juzgar a políticos y militares israelíes por sus acciones en los territorios palestinos. La Corte se declaró hace unos días competente para investigar crímenes de guerra en Palestina. El primer ministro Netanyahu califica de antisemita al tribunal, al que no reconoce. La Corte de La Haya extiende así su jurisdicción a los territorios ocupados por Israel desde 1967, es decir, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. El Tribunal también podrá investigar lo que sucede en las colonias judías en Cisjordania, como ésta de Har Homa. Más de medio siglo de asentamientos, considerados ilegales por la mayor parte de la comunidad internacional. Pero, la Corte también abre la puerta a investigar atrocidades cometidas por los palestinos.

Foto: REUTERS/Suhaib Salem/File Photo

Las negociaciones entre ambos países tratan de normalizar sus relaciones y se comprometen a suspender sus planes para anexarse grandes áreas de los territorios ocupados en Cisjordania. El Beitar Jerusalem, uno de los clubes más populares en Israel, ha vendido el 50% del club a un jeque árabe. Algo que no ha entusiasmado a la afición mas radical del equipo. Se llaman a sí mismos La Familia y son conocidos por su racismo y violencia.

La felicitación de Benejamin Netanyahu, un buen aliado de Donald Trump, a Joe Biden por su victoria tardó en llegar, ha sido esta mañana, pero el primer ministro israelí no se ha olvidado del que fue su principal aliado en los últimos cuatro años, agradeciendo a Trump su traslado de la embajada a Jerusalén, que reconoció como capital de Israel entre otras decisiones que llevaron a la Autoridad Nacional Palestina a romper relaciones con la Casa Blanca. El presidente Mahmoud Abbas espera que con el nuevo inquilino se puedan retomar. Mientras en Irán, el presidente Rouhani decía que Joe Biden tiene la oportunidad de corregir el error de Trump, por abandonar el acuerdo nuclear. Los líderes de los países de Oriente Próximo han felicitado a Biden, aunque no para todos ellos era la opción más deseada en las presidenciales de Estados Unidos. Informa la corresponsal en Oriente Próximo,  Cristina Sánchez

La ocupación israelí y la libertad son dos de los temas habituales del primer grupo de rap de mujeres palestinas. Se llama Ettijah y está formado por cuatro chicas que llenan sus canciones de letras reivindicativas y que viven en un campo de refugiados creado hace medio siglo al sur de Belén. "El rap es la vía más rápida y sencilla para decir lo que sienten", cuenta una de las cantantes a TVE.

Los palestinos han calificado de "insulto" el pacto entre Emirátos Árabes, Baréin e Israel para restablecer sus relaciones diplomáticas. "Es una puñalada, una traición", ha dicho el presidente palestino Mahmoud Abbas, mientras que desde Hamas, que gobierna Gaza, lo han descrito como una "humillación". Según han explicado, los acuerdos no solo suponen un revés a la creación de un futuro Estado palestino, si no que refuerza la amenaza del presidnete israelí Netanyahu de anexionarse parte de Cisjordania.

Una vez más, resuenan bombas en Oriente Próximo mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, firmaba un acuerdo de paz con Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Desde Gaza de lanzaban cohetes que el ejército de Israel respondía con sus propios bombardeos. Los palestinos lo tienen claro: este no es el camino para la paz. Informa Cristina Sánchez, corresponsal en Oriente Próximo.

Repasamos con nuestros corresponsales en Bruselas, Estados Unidos y Oriente Próximo los recientes acuerdos de paz entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin.

Los históricos acuerdos alcanzados con la Casa Blanca como escenario, "se desconocen" incluso varias horas después de la firma, según explica Cristina Sánchez, corresponsal para Oriente Próximo. Los palestinos ven en la firma "una puñalada en la espalda", puesto que esta cuestión "cada vez está más olvidada por los países árabes", ha puntualizado.

En este contexto, Europa se ha mostrado como "observador" y se ofrece como elemento mediador entre "israelíes y palestinos para que reinicien las negociaciones de paz", ha explicado María Carou, corresponsal en Bruselas. Para Fran Sevilla, corresponsal en Estados Unidos, "la Unión Europea ha fracasado"

Delegaciones de Baréin y de Emiratos Árabes Unidos (EUA) han ratificado un acuerdo para normalizar sus relaciones con Israel en Washington. Junto a Egipto y Jordania, ya son cuatro las naciones árabes que establecen relaciones con el Estado israelí, todas ellas con Irán como enemigo común.

El acuerdo, además, es un tanto a favor del presidente de EE.UU., Donald Trump, en su política internacional: logra normalizar relaciones entre Israel y algunos países árabes y de paso debilita a Irán. Israel, por su parte, mejora su posición en la región. Ya no está tan aislado. Y Baréin y EAU, dos estados del Golfo, ganan comercialmente.

Los acuerdos ponen más presión sobre el régimen de los ayatolás, que ve cómo sus enemigos se acercan entre ellos, mientras los palestinos se sienten traicionados por los países árabes que ya han reconocido a Israel.

Abdel-Rahman Al-Shanti es un niño palestino que a sus once años aspira a convertirse en un exitoso cantante de rap. Escribe sus propias letras y compone los ritmos del rap a través de una aplicación en su teléfono móvil. "Comencé a cantar rap hace dos años y me vi con capacidad, así que seguí practicando. Seguí practicando para llegar a este nivel y todavía quiero seguir mejorando y aprender a escribir letras más originales, a aprender a escribir". Las suyas son letras con profundos mensajes que aluden al devastador asedio de Israel. "Mi mensaje habla de paz y quiero transmitirlo a la mayor cantidad de personas y quiero, ya sabes, quiero mostrar cómo es la vida en Gaza. Quiero mostrar que a los niños nos gusta ser como los otros niños de fuera, de Estados Unidos ". Al-Shanti rapea en un inglés fluido y sin acento, perfeccionado mientras escucha a raperos estadounidenses como Eminem -su favorito-, Tupac y DJ Khaled.