Cada uno de los elementos de la defensa israelí cayeron en cuestión de minutos como piezas de dominó. Unos 1.500 milicianos de Hamás burlaron el sábado al amanecer el que estaba considerado uno de los sistemas de seguridad más avanzados del mundo.
140.000 toneladas de hierro, acero y cemento forman la valla inteligente que separa ambos territorios y que está equipada con torres de control cada 150 metros, cámaras y sensores.
Primero bombardearon las torres con drones anulando el sistema de vigilancia.
Entonces lanzaron por aire cientos de misiles y un grupo de milicianos cruzó con parapentes y ala deltas. Después volaron la valla con explosivos y a través de esos huecos entraron en moto mientras varias excavadoras ampliaban esos agujeros para que pudiesen pasar vehículos más pesados.
Así alcanzaron hasta cuatro bases militares y secuestraron, hirieron o mataron a la mayoría de los oficiales, lo que impidió una respuesta coordinada rápida desde Tel Aviv.
La operación estaba perfectamente organizada, pero el exceso de confianza en la valla, que hizo que hubiese pocos soldados desplegados físicamente en la frontera, también ayudó a su éxito.
Israel asegura que abrirá una investigación para saber cómo Hamás, muy inferior militarmente a ellos, consiguió lo que parecía imposible.
FOTO: Jalaa MAREY / AFP