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El alto el fuego en Líbano contrasta con la realidad cotidiana en la Franja de Gaza, donde han muerto 17 palestinos en las últimas horas. La ayuda humanitaria sigue entrando a cuentagotas y la lluvia y el frío sobrevuelan el enclave palestino mientras los médicos alertan del incierto futuro para miles de niños que malviven a la intemperie a las puertas del invierno.

Foto:  Omar AL-QATTAA / AFP

El mal tiempo está agravando la ya difícil situación de los desplazados en Gaza. Las inundaciones de los últimos días se han llevado por delante las tiendas de campaña y las pocas pertenencias que las familias tenían consigo. El duro invierno ha convertido el refugio temporal de Muwasi, un enclave costero cercano a Jan Yunis, en un lugar aún más inhabitable.

Israel continúa impidiendo la entrada de ayuda humanitaria. Al ritmo de entrega actual, la ONU calcula que necesitaría dos años para satisfacer las necesidades de todos los afectados. Alrededor del 90% de una población de 2,3 millones de personas ha sido desplazada, a menudo varias veces. Cientos de miles de palestinos malviven en campamentos precarios con poca comida y agua, y sin servicios básicos.

Tuly tiene una consulta psiquiátrica. Hasta hace muy poco era también militar en la reserva. Trata cada día a combatientes que vuelven del frente.

A sus 57 años y después de participar en muchas guerras, ha llegado a la misma conclusión y ha dicho basta junto con otros 129 militares y reservistas que han enviado una carta a Netanyahu desertando.

Insiste en que el país tiene que tener un Ejército fuerte y derecho a defenderse, pero que esta guerra no trata de eso.

Cree en la lucha, pero para alcanzar la paz y, en estos momentos, dice sentirse abandonado por su Gobierno.

Las pesadillas recurrentes que tiene recordando cómo demolían edificios en Gaza o echaban a la gente de sus casas nunca se irán. La única forma que ha encontrado de poner una tirita a esas heridas incurables es usar su experiencia para decir a todo el que le quiera escuchar que el círculo vicioso de la violencia en Israel tiene que detenerse.

El conflicto palestino-israelí está teniendo consecuencias para Israel. No solo en términos de bajas militares o en pérdidas económicas, sino también está dejando secuelas en la demografía del país. Según las estadísticas, durante los tres primeros meses de la guerra se marchó medio millón de ciudadanos, pero los demógrafos dicen que no tiene por qué tener que ver con la guerra. "Yo creo que va a haber una ola emigratoria, pero no por el problema de seguridad, sino por el cambio del carácter de la democracia israelí", explica a TVE el demógrafo Eliahu Ben-Moshe.

La Corte Penal Internacional ha dictado una orden de detención internacional contra el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant. Les hace responsables de haber dirigido ataques intencionados contra la población de Gaza, y haber utilizado el hambre como arma de guerra. Además, la querella incluye también a líderes de Hamás, pero no hay medidas contra ellos porque están muertos. Nuestra corresponsal en Oriente Próximo, Laura Alonso, nos da más detalles.