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Mientras muchos huyen del sur del Líbano, hay un grupo de religiosos españoles que ha decidido quedarse a pesar de la guerra. Allí mantienen un proyecto de ayuda a familias desplazadas. 

La guerra en Líbano ha vaciado los pueblos del sur del país donde los ataques son más intensos, pero hay un centro, no muy lejos de la frontera, donde religiosos y voluntarios, han decidido quedarse porque -dicen- ahora es cuando más se les necesita. 

Cada día, desde que comenzó la ofensiva israelí, acogen por unas horas a decenas de niños de aldeas próximas. Se les da al menos una comida y se les proporciona un lugar seguro donde olvidarse de la guerra.

No hay tiempo para el miedo en este equipo formado por personas de 7 confesiones, que atienden a más de 1.300 familias, a las que también reparten ayuda humanitaria y que, son, según dicen, un ejemplo de resiliencia.

El proyecto Fratelli comenzó hace 10 años para ayudar sobre todo a niños de familias refugiadas sirias, pero ahora se enfrentan a un nuevo reto: la avalancha imparable de los desplazados libaneses. 

FOTO: EFE/EPA/STR

Las playas de la costa sur de Líbano están vacías y los barcos pesqueros permanecen amarrados en el muelle. Los pescadores están cumpliendo una orden del ejército israelí, que les ha pedido que no salgan al mar si no quieren arriesgar sus vidas. "Necesitamos comer y alimentar a nuestras familias. Si no trabajamos terminaremos mendigando en la calle", asegura a TVE Mohammed, pescador en Sidón.

El Ejército israelí se prepara para combatir a los milicianos de Hizbulá también por vía marítima y ha advertido a la población que evite las zonas costeras. La orden afecta solo en Sidón a unos 500 pescadores que han tenido que parar su actividad. La lonja, siempre animada y repleta de pescado fresco, está más vacía que de costumbre y los pescadores que salgan a faenar lo harán asumiendo el riesgo.

Foto: AP Photo/Mohammed Zaatari

Beirut ha despertado, un día más, entre columnas de humo y con el sonido de los bombardeos en los suburbios del sur. Pero hoy, la inquietud se ha trasladado, sobre todo, a las zonas costeras. A 40 kilómetros de Beirut, está Sidón, una de las ciudades más antiguas del mundo, en la costa mediterránea y que vivía hasta ahora de la pesca, el comercio y el turismo. 

El Ejército israelí ha advertido a los pescadores y a los bañistas que no salgan al mar. Porque podrían atacar también por vía marítima. 

La ciudad tenía unos 50.000 habitantes antes de la ofensiva israelí. Ahora han venido miles de desplazados por la guerra. 

El ejército israelí ha advertido de que podría atacar a milicianos de Hezbolá por mar y por eso ha pedido a la población que se mantengan alejados de la costa. Lo que puede ser una ruina para el comercio y la pesca en esta localidad.

Las fuerzas israelíes anunciaron que sus operaciones en Líbano iban a ser limitadas, pero parecen decididas a ampliar cada vez más su ofensiva. 

Paco Camas, director de investigación de opinión pública en IPSOS España, ha hablado en Las mañanas de RNE de que "hay barreras físicas y psicológicas para obtener información en un conflicto bélico". Se debe, por un lado, a la imposibilidad de llegar a todo el territorio o toda la población y, por otro, al estrés que una guerra produce a una población, puesto que "la presión del Gobierno puede dificultar la expresión de nuestra opinión", ha explicado.

Los últimos datos del Centro de Investigaciones estadounidense Pew en Israel aportan información esencial a pesar de las dificultades para obtenerla: 7 de cada 10 israelís defiende la respuesta militar contra Hamás en Gaza, 4 moderadamente y 3 aún espera más. Además, aporta que también 7 de cada 10 (el 68%) confía en que Israel ganará la guerra contra Hamás.

El Telediario 2 se realiza este lunes desde Jerusalén, justo cuando se cumple un año de los ataques de Hamás y de la ofensiva israelí contra Gaza. Desde ahí TVE analiza los distintos frentes de este conflicto que no se ha quedado solo en Israel y Palestina. En este tiempo se ha extendido elevando la tensión en esta zona del mundo, ya de por sí convulsa.

Un año después de los atentados de Hamás en Israel, la guerra sigue sacudiendo Oriente Próximo y sus territorios. El embajador del Estado de Palestina en España. Husni Abdel Wahed ha estado en el 24 horas de RNE donde ha admitido que sí cree en la paz, si bien está convencido que toda guerra "termina en acuerdos políticos, y esta no va a ser la excepción": "Lamentablemente, Estados Unidos, que es el patrocinador y suministrador además de protector y financista del Estado de Israel, dice una cosa y hace otra totalmente diferente".

El embajador ha calificado el diálogo existente como "diálogo de muerte": "Israel ha impuesto la única lógica que entiende, que es la muerte, el sufrimiento y el dolor [...] ¿Acaso es lógico pensar que por una acción se prolongue una guerra por más de un año? Y hay una amenaza de que esto se extienda para involucrar a otros", argumenta. Añade la crítica al mundo occidental, que considera que "ha impuesto una doctrina que se basa en el dominio a la fuerza".

Wahed se ha posicionado a favor de las palabras de Borrell en las que considera que el mutuo reconocimiento entre Israel y Palestina ha de ocurrir. Si bien, ha recordado que la Organización para la Liberación de Palestina ya ha reconocido el Estado israelí: "Falta que Israel reconozca los derechos del pueblo palestino a la autodeterminación y a tener nuestro propio Estado independiente", sentencia.

Como alrededor del 90% de los palestinos, la familia de Mamdouh dejó su casa en Jan Yunis, una de las ciudades arrasadas, entre el sonido de las bombas y muertos de miedo. Meses después de malvivir en la tienda de uno de los campos de desplazados de la Franja, decidieron volver, pero ¿volver a dónde?

No queda prácticamente nada, apenas unos ladrillos sobre los que sentarse, ni nadie. Donde antes se escuchaba vida, ahora solo el ruido incesante de los aviones arriba y los escombros crujiendo bajo los pies de las pocas personas que han decidido regresar, abajo.

FOTO: Omar AL-QATTAA / AFP

En el mismo lugar y a la misma hora suena la última canción que se escuchó antes de que todo se detuviera abruptamente el año pasado en el Festival Nova. Familiares, amigos y asistentes han recordado así a los 300 asesinados por Hamás en este lugar. Después un minuto de silencio en el que solo se escuchaba el dolor de una mujer. El presidente israelí se ha unido a la ceremonia. 

En Jerusalén también a la misma hora sonaban las sirenas. Familiares de los 101 rehenes que siguen secuestrados han pedido su liberación. También una cadena humana en Tel Aviv ha servido para pedir que vuelvan a casa.

Por todo el país ha habido ceremonias y vigilias y ciudades de todo el mundo se han sumado a las manifestaciones de apoyo a Palestina y la liberación de los rehenes. Mientras los bombardeos sobre la Franja han continuado y son 42.000 los fallecidos en este año de guerra que comenzó el 7 de octubre. 

FOTO: AP Photo/Ohad Zwigenberg

El 7 de octubre de 2023, diversos lugares de Israel cercanos a la Franja de Gaza eran atacados por los milicianos de Hamás, entre ellos el festival de música Supernova, al que asistían miles de personas. Pocas horas después, Israel declaraba la guerra a Gaza. Las Mañanas de RNE se vuelca para analizar el desarrollo de este conflicto en estos 12 meses. "El 7 de octubre de hace un año, volvió lo peor a Próximo Oriente. Las causas están en la historia y las consecuencias, en los titulares que han marcado estos 365 días", afirma Josep Cuní, el director del matinal de la radio pública. Contamos con las conexiones de nuestra corresponsal en Jerusalén, Laura Alonso, y el enviado especial en Líbano, Fran Sevilla, con el apoyo de toda el área de Internacional de los Informativos de RNE.

El historiador, activista y político israelí Meir Margalit publica hoy El eclipse de la sociedad israelí. Atiende a los micrófonos de RNE desde Jerusalén. "Israel ha querido seguir viviendo esta historia, este victimismo. Quiere continuar sintiéndose víctima del antisemitismo internacional. Por eso sigue combatiendo porque se siente muy bien dentro de esta postura victimista. Lo único que sabe hacer Israel, hoy por hoy, es es combatir. Israel ha demostrado en este último año que es muy eficaz en ganar las guerras, pero Israel no ha logrado ganar la paz", expone el escritor.

"Hemos convertido Israel en una Esparta, un lugar que es casi ya imposible seguir viviendo", lamenta Margalit, que sostiene que el país se mueve en el "paradigma de las tres emes". La M de miedo, de mesianismo y de militarismo, explica: "Son los tres elementos que caracterizan a la sociedad israelí actual. El miedo, el cual acabamos de hablar constantemente. enemigos cambian de nombre, pero siempre tenemos uno frente a nuestra vista. El militarismo empezó tal vez como una necesidad, crear un ejército para salvaguardar el país. Pero esto ya es parte de la cultura nacional. El tercer elemento, menos conocido, el mesianismo. Se ha apoderado de la cultura del país. En su versión israelí actual, es un mesianismo que pretende purificar la tierra de Israel. Este mesianismo nos está llevando a un precipicio".

Entrevista completa en RNE Audio.