Medios estadounidenses y chinos han destapado que la flota que Estados Unidos anunció que se dirigía a la península de Corea para disuadir al régimen de Pyongyang nunca llegó a su destino. Es más, navegó en dirección contraria y se dedicó a maniobras conjuntas con Australia. La farsa se ha mantenido durante 10 días sin rectificación y pone en duda el rigor de la estrategia militar estadounidense en uno de los conflictos más impredecibles del mundo.
Ahora sí, el portaaviones nuclear estadounidense Carl Vinson y su grupo de ataque se dirigen hacia la península coreana. Esto es, 10 días después de lo que habían anunciado la Casa Blanca y el Pentágono. Está previsto que llegue a Corea a finales de abril, según fuentes militares surcoreanas citadas por la agencia local Yonhap.
El Comando del Pacífico estadounidense (PACOM) anunció a principios de abril que enviaba a la península coreana al Carl Vinson, anclado en Singapur y que hasta entonces tenía previsto participar en el Índico en maniobras conjuntas con Australia, como respuesta al lanzamiento de un misil balístico por parte de Corea del Norte. El propio secretario de Defensa, James Mattis, insistió en esta información.
En ese momento interesaba mostrar una posición de fuerza frente a Pyongyang. La escalada de tensión era evidente y mantenía al mundo en vilo: una flota estadounidense se encaminaba a Corea del Norte justo antes del 15 de abril, la fecha en que se iba a conmemorar con un gigantesco desfile militar el 105 aniversario del nacimiento del fundador del régimen, Kim Il-sung.