Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Este domingo se debaten los presupuestos para el próximo año en el Parlamento griego. Se incluyen las nuevas medidas de austeridad aprobadas por el Gobierno el pasado miércoles, que contemplan un recorte del gasto de 9.500 millones de euros y nuevas subidas de impuestos. Tras los nuevos recortes Grecia espera recibir el nuevo paquete de ayudas de la Unión Europea por un total de 31 MIL millones de euros.

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo se reúne este jueves con las malas previsiones económicas de la Comisión Europea sobre la mesa. Los analistas no esperan que se decida una nueva rebaja de tipos de interés, pero sí confían en que el presidente del organismo emisor, Mario Draghi, aporte nuevos detalles sobre el programa para comprar deuda de los países más atacados por los mercados.

El Parlamento griego ha aprobado este miércoles el nuevo plan de austeridad que prevé ajustes por 18.500 millones de euros hasta 2016, para cumplir con las exigencias de sus acreedores (la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo) y acceder así a un nuevo tramo del segundo rescate financiero, por 31.200 millones de euros, vital para la economía helena.

Por segundo día, Grecia está paralizada, sin transporte público, con los autobuses aparcados, las estaciones de trenes cerradas y el metro paralizado. En las calles apenas hay taxis, no hay tráfico marítimo, los bancos, los comercios y las oficinas del gobierno tienen con el cierre echado. Mientras en los alrededores del Parlamento los manifestantes se han enfrentado con la Policía que ha lanzado gases lacrimógenos. En el hemiciclo, el gobierno griego somete a votación un nuevo paquete de recortes, que rebajará las pensiones, aumentará los impuestos y reformará el mercado laboral. todo para desbloquear los 31 mil millones de ayuda que Grecia necesita para evitar la bancarrota.

Grecia vive una nueva huelga general, la tercera en dos meses. Son 48 horas de paros contra el nuevo paquete de recortes que, dicen los convocantes, empobrecerá a los más pobres y hundirá aún más la economia. El centro de Atenas aparecía desierto esta mañana."Hay que parar -dice un pensionista- no podemos quedarnos en casa como si no tuviéramos nada que perder. Si no hacemos algo, al final, no quedará nada". El transporte público se ha paralizado. Nos llegan imágenes de autobuses aparcados en las cocheras, andenes de trenes vacios y estaciones de metro cerradas. No hay taxis por la calle. En los aeropuertos viajeros que esperan inutilmente la salida de su vuelos, cancelados y en los puertos, barcos atracados que no zarparán. Han cerrado bancos, escuelas y oficinas del gobierno. "Ya no tenemos esperanza. Hay que cambiarlo todo" dice un funcionario, que refleja la indignación de la calle contra la clase política."Hay que buscar nuevos políticos que nos saquen de esta situación". La huelga general coincide con la tramitación parlamentaria de nuevas reformas. El gobierno quiere recortar las pensiones y reducir las vacaciones para que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional desbloquee 31.000 millones de euros en ayudas. Casi todo el dinero irá a los bancos. Servirá para pagar deudas. El próximo vencimiento es la semana que viene y el gobierno dice que no quedan fondos. Los dos grandes sindicatos responden que ya no se pueden pedir más sacrificios a un país donde una cuarta parte de los trabajadores está en paro y los índices de pobreza y suicidios se han disparado. Encontrar trabajo es dificil, pero un trabajo en dondiciones decentes es imposible. Trabajar 12 horas por la mitad del sueldo, con la amenaza del despido todo el tiempo sobre tu cabeza, eso es trabajo forzado. El gobierno de coalición griego tiene la mayoría justa para conseguir este miércoles la aprobación de sus reformas laborales y recortes. Cuenta con 154 votos de un parlamento de 300 pero el plan no ha convencido ni siquiera a todos los socios de gobierno,los 16 diputados de Izquierda Democrática, y cinco socalistas votarán en contra.