La ONU ya no quiere hablar de cambio climático, sino de una "crisis" que requiere acciones inmediatas y muy concretas. Con ese fin, ha convocado para el lunes 23 de septiembre en Nueva York (Estados Unidos) la Cumbre de Acción Climática, un evento en el que únicamente podrán intervenir países, organizaciones de la sociedad civil y empresas que anuncien nuevos compromisos para frenar el calentamiento global.
Esta es la principal misión de la cumbre climática, convocada para impulsar el Acuerdo de París, justo antes de entrar el próximo año en una fase crucial de implementación de las medidas a las que se comprometieron en 2015 y con las que aspiran a alcanzar la neutralidad climática en 2050.
La cumbre reunirá, entre otros actores, a gobiernos de más de 60 países, entre los que se encuentran los presidentes de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Japón, Irán, Egipto, Colombia, Nueva Zelanda y España. Sin embargo, de acuerdo a los últimos datos, no acudirán los jefes de estado de EEUU Donald Trump, de Brasil, Jair Bolsonaro, o de Australia, Scott Morrison.
Unos 60 líderes mundiales, entres ellos el español Pedro Sánchez, participarán este lunes en la Cumbre del Clima organizada por la ONU con el fin de impulsar compromisos nuevos, concretos y urgentes contra el calentamiento global, en una reunión que tendrá como gran ausente al presidente estadounidense, Donald Trump. Los dirigentes llegan a la cita presionados por la calle tras las masivas movilizaciones protagonizadas el pasado viernes por jóvenes de todo el mundo, que muestran una creciente preocupación popular por el cambio climático. Entre las acciones que la ONU considera fundamentales está el frenar el consumo de combustibles fósiles, empezando con el carbón, y la organización subraya que la inversión en energías limpias tiene sentido no sólo desde el punto de vista ambiental, sino desde el económico. 22/09/19
Los dirigentes de los países que comparten la Amazonía, se reúnen en Colombia, para decidir qué hacer tras los incendios que han arrasado el "pulmón del mundo". El presidente de Brasil, que no ha ido por motivos médicos, ha participado por videoconferencia.
Se han producido encuentros bilaterales tras la cumbre del G7 en Biarritz. El presidente norteamericano busca volver a la mesa de negociación para alcanzar un acuerdo comercial con China. Washington y Pekín están dispuestos a rebajar la tensión en la guerra comercial. Todos los detalles sobre la cumbre los ofrece el corresponsal enParís, Paco Forjas.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Javad Zarif, se ha reunido este domingo con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un viaje sorpresa al G7 para tratar la crisis del acuerdo nuclear. "El camino es difícil, pero vale la pena intentarlo", ha escrito tras la cita el mandatario iraní en Twitter. El gobierno francés, por su parte, ha tratado la reunión, que terminó sobre las 19.30 horas, de "positiva". Fuentes del Elíseo han explicado que Alemania y Reino Unido - firmantes al igual que Francia del pacto nuclear con Irán - han sido "asociados" a las reuniones que se están celebrando con el negociador iraní, de cuya visita el presidente estadounidense, Donald Trump -que ha descartado a Zarif como interlocutor válido-, fue informado previamente.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha prometido un acuerdo bilateral de comercio "bastante rápido" al primer ministro británico, Boris Johnson, una vez que el Reino Unido abandone la Unión Europea. El primer ministro británico también ha mantenido un encuentro bilateral con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en el cual ha subrayado que "la cercanía de Reino Unido" hacia sus "amigos europeos continuará más allá del 31 de octubre, pase lo que pase".
Las tensiones sobrevuelan la localidad francesa de Biarritz, escenario los próximos días de debates y discusiones entre los líderes de las siete economías más avanzadas del mundo. Las disputas comenzaban ya antes del inicio de la cumbre, con el anuncio del presidente de EE.UU., Donald Trump, de imponer nuevos aranceles a China como represalia a los impuestos por Pekin. Trump, además, amenaza con gravar más los vinos franceses si el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aplica impuestos a las grandes tecnológicas estadounidenses.
Estados Unidos, Francia, Canadá, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón forman el club de las economías más industrializadas del planeta, el llamado G7. El grupo, al que se suma una representación institucional de la Unión Europea (UE) se reúne entre el 24 y el 26 de agosto en Biarritz, en la costa del suroeste de Francia, muy cerca de la frontera española, con India como país invitado.
No será una cumbre fácil, por las diferencias y tensiones que enfrentan a los participantes. Entre ellos, el siempre polémico Donald Trump, y Boris Johnson, para el que será su primer G-7 al frente del Reino Unido.
Las guerras comerciales, el clima, e Irán estarán en el debate y también será motivo de discrepacias con EE.UU tensando la cuerda con Teherán y Europa, intentando que Irán respete el acuerdo nuclear convertido ya en papel mojado.
Y como convidado de piedra, Rusia, expulsada en 2014, y cuyo regreso, apoya Trump. Se hablará de ello, pero no habrá decisión, que requiere consenso y la petición expresa de Moscú, que de momento, no lo ha planteado.
España ha movilizado a cerca de tres mil agentes de Polícia y Guardia Civil en el País Vasco por la cumbre del G-7, que se celebra este fin de semana en la localidad francesa de Biarritz, no muy lejos de la frontera.
Este jueves, el ministro del Interior en funciones ha presidido la primera reunión del Centro de Coordinación Operativo establecido en San Sebastián. Han participado los altos mandos de todos los cuerpos policiales y representanttes del Gobierno vasco. También está bajo vigilancia la llamada contracumbre que ha empezado en Irún y en la que participan organizaciones sociales, políticas y sindicales.
Los agentes españoles colaboran codo con codo con los franceses, tanto en el dispositivo que los ciudadanos pueden apreciar como en el amplio despligue de agentes de paisano de información. Fuentes policiales estiman que unas 100 personas de grupos radicales podrían intentar cruzar la frontera con la intención de causar disturbios.