El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha rechazado este jueves tajantemente la visita del primer ministro británico, David Cameron, a Gibraltarpara participar en los actos de apoyo a la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea y en la campaña "Gibraltar Stronger in Europe", contra el 'Brexit'.
“Al Gobierno no le gusta que el señor Cameron vaya a Gibraltar”, ha señalado Rajoy en una entrevista en Las Mañanas de RNE.
El primer ministro británico, David Cameron, visita este jueves Gibraltar para participar en los actos de apoyo a la permanencia en Europa del Reino Unido y en la campaña "Gibraltar Stronger In Europe", contra el 'Brexit'.
El ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, también visitó en mayo de este año Gibraltar en relación con el referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea del próximo 23 de junio.
Para evitar el pánico ante el Brexit, el Banco Central Europeo se comprometería al apoyo financiero del Banco de Inglaterra con una inyección extraordinaria de liquidez que alivie la tensión en los mercados. Es una de las medidas urgentes que la UE contempla para el día 24 si gana el Brexit.
El referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea plantea distintos problemas para el club comunitario, tanto si vence la opcción de quedarse como, sobre todo, si los británicos eligen marcharse.
El primer ministro británico repitió ese mensaje en un debate con el líder eurófobo del UKIP, Nigel Farage, que aprovechó, sin embargo, su intervención para hacer responsable a Cameron y a su gobierno de la falta de control en política de inmigración.
Cameron y Farage han respondido en dos turnos a las preguntas del público, que les ha cuestionado sobre las consecuencias que tendría romper con Bruselas para la industria británica, el mercado laboral y la sanidad pública, entre otros asuntos.
Guerra de carteles, de balcones, de argumentos, de discusiones, soterradas y a grito limpio en la calle. El referendo por el Brexit divide a los británicos más allá de las adscripciones ideológicas usuales. Vecinos de bancada en el parlamento o vecinos del barrio, las opiniones chocan con ruido y con pasión, Cameron y Johnson, Corbyn y Castle, y dos vecinos que muestran su opinión en la misma fachada de un edificio, tan británico como sus caracteres. Amor y odio, y humor, británico, de la mano de los dibujos animados de Europeos sin fronteras.
En Reino Unido, partidarios y detractores de la permanencia en Europa no solo despliegan sus argumentos y sus armamentos. También lo hacen mezclados en una extraña confrontación de conservadores contra conservadores (por ejemplo Cameron por la permanencia, Johnson por la salida), y liberales contra liberales (por ejemplo Jeremy Corbyn por la permanencia, Barbara Castle por la salida). Salvo los claramente enemigos de la Unión, el UKIP de Farage, el debate del Brexit deja un extraño panorama de grietas antinatura al otro lado del Canal de la Mancha.
El martes se celebra el primer debate sobre la permanencia o la salida del Reino Unido de la Unión Europea entre el primer ministro, David Cameron y el líder independentista Nigel Farage a falta de poco menos de dos semanas para el referéndum.
El referéndum sobre la permanencia o no en la UE ha hecho que los miembros del partido conservador jueguen en un equipo y en el contrario. De hecho el primer ministro David Cameron ha encontrado en otro conservador, Boris Johnson, su principal oponente.El que fuera alcalde de Londres hace gala de su campechanía para recordar machaconamente que el Reino Unido debe recuperar su soberanía económica, política y especialmente en materia de inmigración.
La campaña del "brexit" divide, casi a la mitad, a los ciudadanos británicos. En las redes sociales y en la calle se hace una intensa campaña a favor y en contra de la salida de la UE.
Metido de lleno en la campaña contra la salida del Reino Unido de la Unión Europea, David Cameron alertaba de los riesgos económicos que podría acarrear el Brexit. Lo hacía, en la primera de una serie de entrevistas en televisión, en las que era el público el que preguntaba al primer ministro británico.
"Esta organización me vuelve loco a veces", ha dicho el primer ministro británico David Cameron refiriéndose a la UE en una entrevista emitida el jueves en el canal Sky News. Pero fuera de la Unión, "no estaremos mejor", ha dicho el mandatario.
Respecto a la crisis migratoria, Cameron ha defendido que la inmigración puede ser controlada dentro de las fronteras comunitarias, y ha prometido reducir a 100.000 las llegadas anuales. El mandatario ha dicho que el Reino Unido tiene la ambición de recortar la inmigración, si bien reconoció que es un desafío, y ha agregado que espera que haya un menor ingreso de comunitarios a medida que las economías de otros países de la UE se recuperaran.
"Hay buenas y malas maneras de controlar la migración", ha afirmado. Entre las "buenas", Cameron ha citado el impedir que los comunitarios que recién entran en el Reino Unido puedan reclamar ayudas estatales, un tema sensible entre sus conciudadanos, o que dejen el país a los seis meses si no encuentran trabajo, puntos que fueron negociados con Bruselas antes de convocar el plebiscito.
Cameron, fuerte defensor de la permanencia británica en la UE, ha advertido que "sería una locura tratar de hacerlo (por el control de la inmigración) destrozando nuestra economía y saliendo del mercado único".