Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

En España, cerca de 44.000 niños, niñas y adolescentes viven en situación de riesgo y desamparo y están atendidos por el sistema de protección de la infancia. 14 mil viven en centros de acogida y unos 19 mil están acogidos por familiares o por familias "ajenas". Son los últimos datos del Observatorio de la Infancia. Entrevista a José Antonio Balduz, presidente de ASEAF, asociación española de acogimiento familiar.
 

Las cámaras instaladas en algunas ciudades chinas no solo captan figuras y rostros, también añaden descripciones, detectan rasgos, sexo, y, sobre todo, asignan un número que individualiza al anónimo sujeto cuya imagen ha sido registrada. Más de setenta millones de cámaras se estima que podrían estar usando este sistema, un complejo algoritmo de reconocimiento facial para implementar este "gran hermano" chino cuyo control está en manos del Gobierno. Lo que en un principio ayudó a localizar delincuentes, puede afinarse para detectar comportamientos incívicos, o... comportamientos desafectos. Todo es posible en un país donde la privacidad es una prerrogativa discutible.

La sangre y el horror, la muerte gratuita, son espectáculos poderosos a corta distancia, pero en la lejanía, bajo la forma de un titular de prensa que se repite una y otra vez, su efecto en las conciencias se diluye. La desgracia en serie, convertida en rutina, se vuelve invisible. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la guerra de Siria, que desde 2011 inunda las portadas con cifras escalofriantes que, a fuerza de repetirse, han dejado de helar el alma del acomodado primer mundo.

¿Cómo recuperar la atención del público ante estos problemas? La respuesta a esta pregunta son más preguntas, las que pueden formularse directamente a SIRIA, una aplicación móvil lanzada por la ONG Médicos del Mundo.

SIRIA utiliza la Inteligencia emocional para trasladar la vida de personas de carne y hueso ante ojos y oídos del que pregunta; la dura realidad, directamente, relatada por sus protagonistas. La primera respuesta una evidencia: cualquiera puede convertirse en un desheredado y ser condenado a la peor sentencia, la del olvido y el anonimato. A través de esta aplicación llegan las voces de personas como Baker, un joven sirio de 24 años que desertó del ejército y tuvo que escapar de su país, dejando allí a su familia. Llegó a Grecia en una balsa. Ahora vive en Barcelona, mientras continúa sus estudios. Magdalena, de 61 años, llegó a España desde Rumanía con un supuesto contrato de trabajo, pero fue víctima de un engaño y se encontró sin dinero y sin ningún sitio adonde ir. Actualmente vive en una residencia de Sevilla. También responde a tus preguntas.