Portugal sale este sábado del rescate, después de cumplir el plan de austeridad impuesto por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Los inspectores de la troika han vigilado atentamente para que el país cumpla las condiciones que le permitan devolver los 78.000 millones de euros prestados.
La Comisión Europea y el Banco Central Europeo cuestionan que España pueda cumplir los objetivos de déficit en 2015 y 2016. Para conseguir ese objetivo, dicen en su informe, además de que crezca la economía harán falta considerables esfuerzos adicionales. Aunque reconocen que el sector bancario da muestras de mayor dinamismo tras el rescate de la banca al tiempo que la economía consolida su recuperación.
Los mercados esperan que el presidente del Banco Central Europeo tome alguna medida que impulse la economía de la zona euro. A esta posibilidad se suma la mejora de las previsiones de la eurozona lo que ha llevado a que la prima de riesgo cierre en 148 puntos básicos por primera vez desde el verano de 2010. El bono a 10 años marca nuevo mínimo histórico en el 2,94%. La rentabilidad de la deuda se ha desinflado un 60% desde mediados de 2012 cuando Draghi dijo que haría todo lo necesario para salvar el euro.
La agencia de calificación Fitch ha elevado un escalón la nota de la deuda soberana española, de BBB a BBB+ y mantiene la perspectiva en estable debido a la mejora de las condiciones financieras, a una perspectiva económica más positiva y a la reducción del déficit público. De esta forma, Fitch da un aprobado alto a la deuda pública. Fitch sigue así los pasos de Moody's, que el pasado mes de febrero elevó también en un escalón la nota de la deuda soberana española, desde Baa3 a Baa2, con perspectiva positiva.
A menos de dos meses para que acabe el rescate de Portugal, en el país se produce un vivo debate sobre qué hacer con la deuda. 70 personalidades de distintos ámbitos e ideologías firman un manifiesto en el que piden que se aplacen o cancelen los pagos. La deuda lusa ronda hoy el 130% del PIB. Los setenta firmanes, desde la izquierda a la derecha, tienen posiciones diversas sobre como responder a la crisis, pero comparten la preocupación por la deuda, que consideran insostenible. Apuestan por una reestructuración responsable en el ámbito de la Unión Económica y Monetaria, y que debe darse también en otros países. "No es posible pagarla en las condiciones actuales. Y el país va a quedar más pobre, y no solo desde el punto de vista financiero, pobre por perder población, por perder trabajadores cualificados, por perder cohesión territorial, cohesión social, etc", afirma el exlíder del sindicato CGTP. "El manifiesto es un conjunto de ideas que podráin transformar de la mejor manera la situación en la que vivimos, pero es lo que no quieren. Ellos quieren que el dinero vaya todo para la Troika y de la Troika caiga algo a su bolsillo, nada más" añade el expresidente de Portugal, Mario Soares. Los firmantes proponen una bajada significativa de los tipos medios de interés de la deuda; o un alargamiento de los plazos para pagarla, de 40 años o más.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha reclamado al Gobierno español que profundice en la reforma laboral para reducir los costes del trabajo -"no necesariamente rebajando los salarios, sino los costes fiscales"- y aumentar la formación de los parados. Lagarde señala la creación de empleo como la "mayor prioridad" de España y, para ese fin, también apuesta por ayudar a las empresas a reestructurar sus deudas y facilitar la creación de nuevas sociedades.
La agencia de calificación Moody's ha subido la nota de la deuda española dos escalones por encima del bono basura y ha marcado como positiva la perspectiva de su evolución. Es la primera vez que Moody's eleva la nota a España desde el inicio de la crisis.