Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, ha marcado distancias con el presidente, Donald Trump, y ha aclarado no estar a favor de invocar la Ley de Insurrección para que las Fuerzas Armadas se sumen al despliegue de seguridad ante las protestas convocadas por la muerte de George Floyd. "Es una tragedia que hemos visto repetirse demasiadas veces", ha añadido en declaraciones a la prensa en el Pentágono, admitiendo que "el racismo es real" en el país y por tanto "todos debemos hacer lo posible por reconocerlo, plantarle cara y erradicarlo".

En Estados Unidos continúan las protestas y los disturbios por la muerte de George Floyd a manos de un agente de Policía. En Washington cada vez más manifestantes se concentran frente a la Casa Blanca. En muchos puntos quieren evitar que estas concentraciones sean violentas e incluso reparten comida, agua y mascarillas.

Las manifestaciones por la muerte de George Floyd no decaen por las amenazas de Trump de militarizar las calles. Las de este martes han sido más numerosas menos violentas porque los participantes han querido demostrar que se trata de una movilización pacífica.

Fente a la Casa Blanca se protesta también contra el presidente de Trump que ha seguido criminalizando a los manifestantes.

Las declaraciones del congresista republicano, Matt Gaetz, en Twitter son un buen ejemplo: “Ahora que vemos claramente a Antifa como terroristas, ¿podemos cazarlos como lo hacemos en el Medio Oriente?”, ha escrito el republicano.

Por su parte Joe Biden, el rival de Trump en las elecciones de noviembre, ha acusado al presidente de Estados Unidos de manipular los sentimientos de los ciudadanos y "convertir el país en un campo de batalla".

Informa Fran Sevilla, corresponsal de RNE en Washington

El virtual candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, ha pedido la reforma de la policía y ha criticado la actuación de Trump frente a estas protestas. El presidente ha vuelto a ir a una iglesia, en medio de un despliegue de seguridad, esta vez sin incidentes, pero ante la mirada crítica de oposición y de algunos líderes religiosos. La Guardia Nacional sigue su despliegue para contener los graves disturbios registrados a lo largo y ancho de Estados Unidos.

Manifestantes de más de una decena de ciudades de EE.UU. han desafiado el martes por la noche el toque de queda para protestar por la muerte de George Floyd. La mayoría de las protestas han sido pacíficas, pero al caer la noche se multiplicaron los distubios y saqueos. En Washington, se centraron en las inmediaciones de la Casa Blanca, donde la policía dispersó con gases lacrimógenos a los manifestantes para que el Trump pudiera dirigirse a pie a la  iglesia de Saint John.

Ayer a la noche, Trump anunció el despliegue del ejército para sofocar las protestas tras equiparar a los manifestantes con terroristas domésticas. La respuesta de su rival en los comicios de noviembre,  Joe Biden, no se ha hecho esperar: ha hecho un llamamiento a la unidad y a pensar en el bien de todos. Entre tanto, en el séptimo día de protestas, la mayoría de ciudadanos han aceptado el toque de queda, pero sigue habiendo duras represiones pese a que buena parte de las manifestaciones están siendo pacíficas.

Informa Fran Sevilla, corresponsal de Radio Nacional en Estados Unidos y enviado especial a Mineápolis.

De costa a costa, Estados Unidos ha vivido su séptima noche de protestas por la muerte de George Floyd y contra el racismo. Los disturbios se han repetido también en Washington, donde el presidente Trump ha amenazado con desplegar al ejército si no cesa la violencia. El mandatario acusa de los altercados a anarquistas y grupos de izquierda radical.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, ha acusado a Podemos de "liderar y dar cobertura política" a Antifa en España y ha aplaudido la decisión de Donald Trump de declarar al movimiento organización terrorista en Estados Unidos. "Es normal que Trump dé una respuesta de ley y orden, es muy grave lo que está sucediendo en la calle alentado por gente muy irresponsable como Antifa que está esparciendo el terror en las calles. Es un grupo global que está en todo el mundo y que en España lidera Podemos". En la misma línea, Espinosa de los Monteros ha insistido en que "Podemos ha movilizado a estos grupos llamando a la alerta antifascista. Podemos les da cobertura política, les anima y les jalea".

"Los Estados Unidos de América designarán ANTIFA como una organización terrorista". Esas poco más de diez palabras que el presidente estadounidense Donald Trump tuiteaba el pasado domingo para volver a marcar agenda política, palabras que el líder de VoxSantiago Abascal, tardó muy poco en suscribir y aplaudir. "Es un argumento sin sentido: ni es una organización, ni tiene líder, ni oficinas, ni es terrorista", ha explicado en 24 horas de Radio Nacional Mark Bray, historiador y autor de Antifa, un estudio sobre este movimiento que "es el enemigo más importante de Vox y la alt-right americana": "La palabra terrorista es una forma drástica de deslegitimar la política de un enemigo y el movimiento antifascista es su enemigo más importante. Es una forma de cambiar la perspectiva: de un movimiento que lucha contra el fascismo a calificarlos como terroristas".

Bray, vinculado estrechamente al mundo del activismo (promovió el movimiento Occupy Wall Street tras la crisis financiera de 2008), define el movimiento antifascista como "una política de autodefensa contra la extrema derecha" que "puede o no ser violenta": "En Estados Unidos hay mucha rabia por las matanzas contra la gente negra. Alguna puede ser de grupos antifa, pero es una rebelión mucho más grande". Y es que Bray define los episodios que estamos viviendo como "la más importante rebelión de EE.UU. en 50 años" y señala que Trump está intentando matar dos pájaros de un tiro: desviar la atención del problema principal y de estigmatizar a sus enemigos. "Los orígenes de esto son obvios: la brutalidad policial y el racismo. Pero Trump no quiere hablar de ello", ha sentenciado.

Continúan las movilizaciones antirracistas más intensas de los últimos 50 años. La intersección de la avenida Chicago con la calle 38 de Mineápolis se ha convertido en una suerte de santuario para honrar la muerte de George Floyd. Las protestas se siguen prolongando, por sexta noche consecutiva, no se ha respetado el toque de queda impuesto por el Ejecutivo de Trump y la policía y la Guardia Nacional han reprimido con dureza a los manifestantes. Un Donald Trump, por cierto, que ha recurrido a las redes sociales para criminalizar a los manifestantes y ha acusado de debilidad a gobernadores y alcaldes.

Informa Fran Sevilla, corresponsal de Radio Nacional de España en Estados Unidos y enviado especial a Mineápolis.