El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado este lunes sin ambages la "violencia racista" del ataque perpetrado este sábado en Charlottesville, donde un joven neonazi arrolló con su coche a un grupo de manifestantes antirracistas, tras la lluvia de críticas recibidas por la tibieza de su condena inicial, en la que evitó mencionar a los grupos supremacistas blancos. La tormenta desatada por su reacción ha obligado a Trump a hacer un paréntesis en sus vacaciones para ofrecer una declaración en la Casa Blanca, en la que ha sido inequívoco: "El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos en Estados Unidos", ha remarcado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado este lunes sin ambages la "violencia racista" del ataque perpetrado este sábado en Charlottesville, donde un joven neonazi arrolló con su coche a un grupo de manifestantes antirracistas, tras la lluvia de críticas recibidas por la tibieza de su condena inicial, en la que evitó mencionar a los grupos supremacistas blancos. La tormenta desatada por su reacción ha obligado a Trump a hacer un paréntesis en sus vacaciones para ofrecer una declaración en la Casa Blanca, en la que ha sido inequívoco: "El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos en Estados Unidos", ha remarcado.
El presidente de Estados Unidos ha recibido críticas por no haber condenado expresamente a los grupos supremacistas blancos, aunque su Gobierno insiste en que el rechazo de Trump incluía a los supremacistas, al Ku Klux Klan y a colectivos neonazis. El alcalde de Charlottesville, el demócrata Mike Signer, asegura que el mandatario ha alentado a esos grupos con su retórica.
El alcalde de Charlottesville, el demócrata Mike Signer, ha calificado el atropello que este sábado causó la muerte de un mujer de 32 años y más de veinte heridos como un "acto de terrorismo" y ha instado al presidente estadounidense Donald Trump a que zanje la cuestión. Trump ha sido objeto de fuertes críticas después de que la víspera condenase "el odio y el fanatismo" por "múltiples partes" y calificase de "terrible" lo sucedido, pero no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraba el ex líder del Ku Klux Klan David Duke, y algunos de los cuales portaba esvásticas nazis.
Pablo Blesa Aledo, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Murcia, ha considerado como muy improbable que estalle una guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte. "Si un día hubiese una guerra entre EE.UU. y Corea del Norte la tendríamos que llamar la guerra de la testosterona y sería una de las guerras más tontas de la historia porque América ya ha conseguido por medios diplomáticos a través de la ONU, con el apoyo de China y Rusia, sus objetivos al endurecer las sanciones contra el régimen de Corea del Norte, lo que significa que este año Corea del Norte va a perder 1.000 millones de dólares en exportaciones de materias primas y marisco principalmente".
La arqueóloga Natalia Moragas, profesora de la Universidad de Barcelona y codirectora de un proyecto de investigación en la isla de Guam, ha relatado en una entrevista a RNE sus impresiones sobre cómo viven en Guam la actual crisis con Corea del Norte. Ha dicho que los habitantes de la isla siguen con "inquietud" el desarrollo de los acontecimientos pero con confianza en que se resuelva la crisis actual.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ceja en su escalada verbal contra Corea del Norte y este viernes ha tuiteado que su país está "listo para el combate", pese a las peticiones de diversos actores de la comunidad internacional para rebajar la tensión y evitar un estallido. Desde Pyongyang le culpan de alimentar la tensión y de llevar "la situación en la península de Corea al borde de una guerra nuclear".
El presidente estadounidense, Donald Trump, asegura que el líder norcoreano, Kim Jong-un, ha faltado al respeto a su país. Pyongyang, por su parte, acusa a Washington de llevar la región "al borde de un guerra nuclear".