El Gobierno de Estados Unidos ha incurrido esta medianoche en su segundo cierre parcial administrativo en menos de tres semanas después de que el senador republicano Rand Paul bloquease la votación de un acuerdo presupuestario para los próximos dos años.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos, bajo control republicano, ha aprobado una nueva financiación a corto plazo para el Gobierno. Con 245 votos a favor y 182 en contra, los republicanos aprobaron un presupuesto temporal hasta el 23 de marzo, aunque incluye ocho meses de fondos para el Pentágono. Pese a su cómoda aprobación en la Cámara Baja, los republicanos necesitan llegar a un acuerdo con los demócratas para que el proyecto también obtenga el visto bueno del Senado. El Congreso tiene que aprobar fondos antes de la medianoche del jueves si quiere evitar un nuevo cierre parcial de la Administración federal como el del pasado 20 de enero, que apenas duró tres días.
En plena polémica migratoria, un debate encallado en el Congreso de los EE.UU., Donald Trump ha defendido este miércoles en su discurso sobre el estado de la Unión la situación del país, "el mejor tiempo para vivir el sueño americano" que jamás hayan disfrutado sus conciudadanos. A ellos se ha referido en concreto: "Mi preocupación constante es para los niños estadounidenses, para los trabajdores estadounidenses". Respecto a los que no viven ese sueño pero lo persiguen, ha suscrito su propuesta de conceder la ciudadanía a dos millones de 'dreamers', aunque a cambio de algo, de incrementar la seguridad en la frontera sur y de lograr financiación para su muro con México, porque... "los estadounidenses también somos soñadores", ha dicho.
El presidente de los EE.UU., Donald Trump, ha explicado cuatro pilares con respecto al tema de la inmigración.
El primer pilar ofrece de forma generosa un camino para la ciudadanía para los 1.8 millones de inmigrantes, los "soñadores", que trajeron sus padres cuando eran jóvenes, eso cubre casi el triple que lo que cubrió el gobierno anterior. Los que cumplan unos requisitos de educación y trabajo y con buen carácter moral, podrán ser ciudadanos con pleno derecho.
El segundo pilar es asegurar totalmente la frontera. Eso significa construir un gran muro en la frontera sur y contratar más héroes para que nuestras comunidades estén a salvo. Lo más importante es que nuestro plan acabe con las terribles lagunas que explotaban los delincuentes y terroristas para entrar en nuestro país y acabar con la práctica de detener y soltar.
El tercer pilar es acabar con la lotería de los visados, un programa que de forma aleatoria entregaba tarjetas verdes independientemente de las aptitudes. Por ello, es hora de empezar a pasar a un sistema migratorio basado en méritos, que admita a las personas con aptitudes, aquellos que quieran trabajar, que se comprometan con la sociedad y amen y respeten a nuestro país.
El cuarto y final pilar es proteger a la familia nuclear y acabar con la inmigración en cadena. Con el sistema fallido actual, un único inmigrante puede traer prácticamente a un número ilimitado de familiares lejanos. Con nuestro plan, limitamos a esposo o esposa y a los hijos menores.Esta reforma es necesaria no solo para nuestra economía sino para la seguridad.
En las últimas semanas, los ataques en Nueva York fueron posibles por esta inmigración en cadena, ya que representan riesgos que no nos podemos seguir permitiendo. Es hora de reformar estas reglas migratorias pasadas y hacer de una vez por todas que nuestro sistema migratorio entre en el siglo XXI.
Estos cuatro pilares suponen un compromiso que creara un sistema migratorio seguro, moderno y que cumpla con la ley. Durante 30 años, Washington ha intentado resolver este problema y ha fracasado. Este Congreso puede ser el que finalmente lo consiga. Este Congreso puede ser el que cumpla con mi compromiso de firmar una ley que ponga a EE.UU. en primer lugar.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado en su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso la firma de una orden ejecutiva para mantener abierta la cárcel de la base militar de Guantánamo, Cuba.
El discurso sobre el Estado de la Unión, una tradición en la que el presidente evalúa cada año ante el Congreso la situación de Estados Unidos y expone sus prioridades de gobierno, es una de las grandes citas del curso político en Washington y, aunque Donald Trump ya se dirigió a las dos cámaras del Congreso en febrero de 2017, aquella intervención no se considera técnicamente una alocución sobre el Estado de la Unión, dado que apenas llevaba un mes en el poder.