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Por sexto día consecutivo, estudiantes, profesores y sindicatos han protetado contra la reforma de las pensiones que propone el gobierno galo a solo un día de que se desvelen los detalles de su plan para simplificar los más de cuarenta tipos de pensiones que tienen en Francia. Además, el país ha estado parcialmente paralizado por la segunda jornada de juelga general y los sindicatos quieren mantener la presión en la calle, con nuevas manifestaciones, por lo menos, hasta el jueves.

En Francia, tercer día de paros y protestas contra el gobierno Macron. Ha habido manifestaciones en varias ciudades, que en París y Nantes han terminado con incidentes. Los transportistas franceses se han sumado a los paros. Han bloqueado carreteras y autopistas, han provocado atascos y han alterado el tráfico en los principales ejes de comunicación del país, sobre todo en la región de París. Protestan por la subida de tasas al gasóleo. La huelga de trabajadores de empresas petroleras ha provocado desabastecimiento de combustible en las gasolineras. Los paros han afectado a ferrocarriles y transporte metropolitano, pero no el tráfico aéreo. Es la tercera jornada consecutiva de protestas en Francia, que el jueves vivió una huelga general contra la reforma de las pensiones que proyecta el presidente Macron. El gobierno francés sostiene que es una reforma imprescindible para la futura sostenibilidad del sistema. Pero los sindicatos, en particular la CGT, no lo ven así. Tampoco los chalecos amarillos que se han unido a la protesta. Ha habido manifestaciones en Lyon, Toulouse y Marsella. Ha habido incidentes en París y en Nantes, donde la policía ha utilizado gases lacrimógenos contra grupos de violentos y radicales.

Francia vive su segunda jornada de protestas contra la reforma de las pensiones que planea el gobierno de Emmanuel Macron. Hoy los paros se están centrado en el sector del transporte aéreo y ferroviario. Los sindicatos han decidido prolongar la huelga en el transporte público hasta el martes porque consideran que los gestos del gobierno galo para suavizar la reforma son insuficientes.

Los paros contra la reforma de las pensiones en Francia se centran hoy en el sector del transporte. Los sindicatos han decidido prolongar la huelga durante todo el fin de semana para presionar al gobierno. El lunes está previsto que el primer ministro galo, Édouard Philippe, presente el documento final de la reforma que contempla recortes importantes en las pensiones de los nuevos jubilados. Según el ministerio del Interior más de 800.000 personas salieron ayer a las calles en más de 50 ciudades del país.

La huelga en Francia contra la reforma de las pensiones es un órdago al presidente Emmanuelle Macron. Es la primera de esta magnitud que se convoca durante su mandato aunque, él ya ha dicho que no va a suponer un freno a su proyecto de reformar el sistema de pensiones. Profesores, estudiantes, sanitarios, abogados, auxiliares de vuelo, sector energético, policías participan en las manifestaciones, a las que se unirán los chalecos amarillos.

Francia está viviendo la mayor jornada de huelga en un cuarto de siglo. En París está comenzando la manifestación más multitudinaria de la era Macron. Se calculaba que acudirían 25.000 personas, pero la asistencia está siendo mucho mayor. De momento el ambiente es festivo aunque el gran despliegue policial para evitar disturbios al final de la manifestación se mantiene. Amplio seguimiento también en otras ciudades en una huelga que, aunque no es general, está paralizando buena parte del país.

Esta jornada de huelga está convocada de manera “preventiva” ante una reforma de las pensiones que aún no está presentada oficialmente. Según el borrador de la nueva ley, se eliminarán los 42 regímenes especiales existentes en la actual ley, además de poner en marcha un nuevo sistema de cálculo de la jubilación por el que, según los sindicatos, habrá algunos futuros pensionistas que reciben entre un 15 y un 25 % menos en sus jubilaciones.

Terminada ya la cumbre de celebración del 70 aniversario de la OTAN, el poso que ha dejado este encuentro ha sido de tensión. El comunicado final ha recogido el compromiso de los países miembros de la alianza de incrementar su gasto en defensa. Las conclusiones oficiales insisten en que la solidaridad, la unidad y la cohesión son pilares básicos de la OTAN.

Sin embargo, el ataque a los kurdos en Siria ha sido uno de los grandes puntos de discrepancia dentro del encuentro. El otro, las risas del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y la de otros líderes sobre las improvisaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario canadiense ha tratado de quitarle hierro al asunto, pero Trump se ha metido con su vecino del norte antes de cancelar su rueda de prensa de final de cumbre y marcharse a su país.

El objetivo de esta cumbre de la OTAN es acabar con las diferencias entre sus miembros en asuntos como la seguridad colectiva, la aportación económica de los socios y las exigencias de Turquía, que vincula su colaboración defensiva en el Este del viejo continente a que la OTAN reconozca a los kurdos como terroristas.

Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Francia, Emmanuel Macron, protagonizaron hoy un abierto enfrentamiento sobre la visión de la OTAN, antes del comienzo de la cumbre de la Alianza Atlántica en su 70º aniversario.

Los líderes de los países miembros de la organización de defensa colectiva, creada en abril de 1949, llegaron hoy a Londres para participar en esta cumbre especial, antes de que mañana miércoles se sienten en una sala de un hotel de Watford, al noroeste de la capital británica, para debatir sobre los desafíos y recursos de la OTAN.

El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado este lunes que impondrá aranceles por valor de 2.400 millones de dólares de hasta el 100% del valor de ciertos productos franceses en respuesta a la imposición de una tasa del Ejecutivo de Emmanuel Macron sobre los ingresos de los servicios digitales de grandes tecnológicas de EE.UU., como Google y Facebook. Según el anuncio, la lista de productos franceses sujetos a estos gravámenes incluye 63 categorías diferentes con un valor comercial aproximado de 2.400 millones de dólares.