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Asociaciones ecologistas gallegas se oponen a la gestión eólica que se viene desarrollando hasta ahora. Dicen que el descontrol en la instalación de molinos está atropellando el medio rural, impactando en el medio natural y afectando a los habitantes de las zonas más despobladas. Por eso abogan por una transición energética lejos de los oligopolios que, dicen, han diseñado un plan incompatible que solo les beneficia a ellos y apenas tiene un impacto positivo en las aldeas. 

La dependencia que, a nivel global, tenemos de Rusia en cuanto al suministro de gas y petróleo, deja en un limbo energético a todo el mundo que servirá para dilucidar si esta es una situación favorable para impulsar la transición energética, o un bache en el camino hacia esa generación de energía limpia y que nos haría mucho más independientes. Respondemos a esta pregunta con Pedro Linares, profesor de Organización Industrial de la Universidad Pontificia de Comillas.

España considera que la decisión de Bruselas de clasificar a la nuclear y al gas como energías contra el cambio climático desviaría fondos en inversiones que podrían estar destinados exclusivamente a energías renovables. La industria del gas y de la energía nuclear, en cambio, aplauden que se les coloque la etiqueta verde propuesta por Europa. Sin embargo, incluso algunos expertos consultados por la propia comisión consideran que ni las centrales de gas ni las nucleares son verdes 100 %.

La Comision Europea ha clasificado el gas natural y las centrales nucleares como fuentes deenergía verde. Aunque admite que no son renovables, considera que pueden servir como puente hacia la descarbonización y la neutralidad climática y, con esta tipificación, persigue fomentar las inversiones. El borrador de esta decisión ya generó enormes críticas y divide a los socios comunitarios. En España, el Ministerio para la Transición Escológica se ha manifestado en contra y Austria va a llevar la propuesta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Francia y Alemania se muestran satisfechos parcialmente: el primero defiende que solo el gas natural esté en la lista, mientras que el segundo se decanta solamente por la nuclear. Analizamos la decisión de la Comisión y las posturas de diversos socios con nuestros corresponsales en Bruselas (María Carou), Berlín (Beatriz Domínguez) y París (Antonio Delgado).

Sobre este asunto conversamos también con Eloy Sanz, profesor de Energías Renovables en la Universidad Rey Juan Carlos y revisor experto del panel de la ONU sobre cambio climático. Para Sanz, "lo único que puede hacer esta inclusión en esta taxonomía es perjudicarnos", ya que "nadie se plantea en su sano juicio abrir nuevas centrales que quemen gas en España".

Una empresa andaluza quiere construir una central hidroeléctrica reversible en el pantano del Cíjara. Se trata de una instalación que genera energía a través del agua incluso cuando ya ha superado el salto. La inversión ascendería a los 150 millones de euros.