La farmacéutica AstraZeneca ha decidido interrumpir el ensayo clínico para lograr una vacuna contra la COVID-19, porque uno de los participantes sufre "una enfermedad potencialmente sin explicación", según ha informado un portavoz de la compañía a medios de comunicación estadounidenses.
Esta es la vacuna que había desarrollado AstraZeneca, con sede en Cambridge (Reino Unido), junto a la Universidad de Oxford y cuya eficacia se estaba experimentando en EE.UU., Brasil y Sudáfrica después de que el ensayo hubiera dado resultados positivos en sus fases iniciales, cuando se probó con mil personas en el Reino Unido.
Debido a su avance, en agosto la Unión Europea (UE) adquirió 300 millones de dosis para repartir entre los países miembros. Esta compra se efectuaría "una vez que la vacuna haya demostrado ser segura y efectiva", según declararon en un comunicado. En el caso de España, había obtenido 30 millones de dosis.