Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

En la costa este de Estados Unidos, el huracán Henri va perdiendo fuerza y ya es depresión tropical. Vientos de 50 kilómetros por hora, lejos de los 120 que se esperaban, sigue desplazándose por el noreste del país. En Nueva York, un rayo ha impactado de lleno en el World Trade Center. Henri está dejando a su paso numerosas inundaciones, 100.000 personas sin electricidad, cientos de vuelos cancelados y árboles arrancados. En tres estados se ha decretado emergencia, uno de ellos, Nueva York. Foto: Tom Brenner/AFP

El paso de la tormenta Henri por estados del noreste de EE.UU. ha dejado a miles de hogares sin energía eléctrica, inundaciones, marejadas ciclónicas, árboles en el suelo y cancelaciones en más de mil vuelos en diversos aeropuertos. Henri, que amenazaba con ser el primer huracán en tres décadas que azotara Nueva Inglaterra, tocó tierra como tormenta. Llega tras su paso por Tennessee, estado más afectado por esta tormenta, y donde los servicios de rescate aún tratan de localizar a media docena de desaparecidos, mientras las autoridades cuentan ya al menos 22 muertos a causa de este fenómeno.

El huracán Henri se convierte en tormenta tropical tras tocar tierra en la costa noreste de Estados Unidos, donde se ha declarado el estado de emergencia. Trae consigo lluvias intensas y rachas de viento que han superado los 120 kilómetros por hora. Millones de personas en Nueva Inglaterra y Nueva York se han preparado para resistir al fuerte viento y a las marejadas. En Tennessee, las tormentas previas a la llegada del huracán, han provocado inundaciones y la muerte de 16 personas y medio centenar de desaparecidos. Las autoridades insisten en que, aunque Henri se ha degradado a tormenta tropical, la población no salga de casa, se proteja y se aleje de la costa.

Foto: Un pescador camina por el muelle de la localidad de Montauk, en Nueva York (Stephanie Keith/Getty Images/AFP)

Los lluvias previas ya han provocado inundaciones en Tennessee y la muerte de al menos ocho personas y veinte desaparecidos. La fuerza de Henri se nota también en Massachusetts, con vientos máximos sostenidos de 110 km por hora. Hay 42 millones de personas en alerta. El alcalde de Nueva York, que ha declarado el estado de emergencia, recomienda quedarse en casa. También está en alerta gran parte del sur de Nueva Inglaterra, que se prepara para la peor tormenta en 30 años.

Foto: Nubes sobre Manhattan, Nueva York (REUTERS/Andrew Kelly)

La evacuación de estadounidenses y de sus colaboradores afganos en vuelos militares transcurre a un ritmo menor al esperado, lo que suscita dudas de que se vaya a cumplir el plazo del 31 de agosto para culminar el repliegue de tropas del país. A comienzos de semana, el Departamento de Defensa apuntó que su capacidad de evacuación, una vez asegurado el aeropuerto de Kabul, sería de entre 5.000 y 9.000 personas al día, pero este rango no se ha alcanzado. [Última hora de Afganistán]

Foto: Varios jóvenes esperan para ser evacuados en el aeropuerto de Kabul (Mark ANDRIES/US MARINE CORPS/AFP)

Pol Morillas, director del prestigioso centro para asuntos internacionales de Barcelona (CIDOB), politólogo y coordinador del Comité Político y de Seguridad del Consejo de la Unión Europea y asesor en Acción Exterior en el Parlamento Europeo, ha sostenido que la iniciativa española "es bienvenida": "No solo tienen que ser repatriados los nacionales, también aquellos que han trabajado con fuerzas internacionales estos 20 años. Hay un deber con esas personas". En 24 horas de RNE ha recordado que Macron o Merkel ya han avisado de que no se puede dar la bienvenida a afganos que necesiten protección internacional. "Es un paso atrás que se explica por la crisis política que generó en 2015 la crisis de los refugiados sirios", ha señalado. El politólogo ha insistido en que el mayor riesgo de esta crisis lo tienen los afganos, "sobre todo las afganas”, y "ahí entra la protección internacional”, ha insistido.

"Afganistán es tradicionalmente un tablero de juego de grandes potencias. Primero la URSS, después EE.UU. y ahora China”, ha comentado y ha añadido que existe un vacío de la intervención internacional: "La política americana ha fracasado tras 20 años. China no se situará en el centro como ha hecho Estados Unidos, su política exterior no es muy intervencionista, tratará de defender sus intereses sin implicarse tanto como para condicionar su seguridad", ha mantenido el director del CIDOB.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, asegura que España va a seguir trabajando para sacar gente de Kabul y añade que si hasta ahora no ha salido más gente es porque ésta no puede entrar al aeropuerto: “La situación es dramática”. Pone como ejemplo el caso de un grupo de intérpretes colaboradores españoles que no pudo entrar pese a horas de espera: “Los veíamos de lejos, pero no podían acceder”. Estados Unidos, asegura, no abandonará Afganistán hasta que salgan todos los aviones que tengan que salir. Sobre la petición de explicaciones por parte de la oposición, pide unidad: “Es la primera vez que hago declaraciones. Le aseguro que llevamos una semana prácticamente sin dormir (...) Ha sido por prudencia, por discreción y porque nos jugamos vidas humanas”. Concluye insistiendo en que se seguirá trabajando hasta que salgan todos los colaboradores: “Que resistan, vamos a continuar”.

Los llamamientos a quedarse en casa y no acercarse al aeropuerto de Kabul no convencen a miles de afganos y afganas que siguen acudiendo en masa intentando huir del país. Según oficiales de la OTAN y los propios talibanes, al menos 12 personas han muerto en esa zona bien por disparos o por estampidas.

La Unión Europea y la OTAN están trabajando conjuntamente para tratar de acelerar las evacuaciones ante el caos y la desesperación. En Afganistán corre prisa, más aún cuando un informe confidencial de Naciones Unidas habla de listas de objetivos elaboradas por los talibanes, que están yendo casa por casa buscando a antiguos soldados, policías e incluso periodistas.

Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, ha valorado el momento internacional como "sorpresivo" y "preocupante". "Es una crisis internacional de primer orden por lo que ha ocurrido, un fracaso de Estados Unidos y otros países que deben aceptar su responsabilidad, y por lo que puede pasar", ha explicado y ha añadido que la preocupación recae en la población afgana, que son "los que más van a sufrir". "Estados Unidos ha perdido su credibilidad. Si no ha frenado a los talibanes, ¿va a frenar a China o Rusia? Esto generará mucha inestabilidad", ha indicado en 24 horas de RNE. También ha explicado que los talibanes, a diferencia de Al Qaeda, no son yihadistas transatlánticos, sino que están concentrados en gobernar un país con su visión estricta del islam y "castigarán a quienes no compartan su visión, sobre todo mujeres". "Son yihadistas, pero no tontos y saben que necesitan tiempo y manos colaboradoras", ha destacado. Además, ha comentado que, "si no cruzan líneas rojas", como ataques terroristas en europa o albergar a yihadistas libremente en su territorio, “no tendrán problemas, porque ¿a quién le ha preocupado alguna vez la suerte de los afganos?”, se ha preguntado: "Si no les ha interesado en 20 años, no lo hará ahora".

El codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, ha mantenido que "hay que dialogar con los talibanes” para lograr la prioridad de evacuar a su gente, "algo que solo se puede hacer hablando con los que han tomado el poder", ha señalado. "Eso no significa reconocimiento ni apoyo", ha aclarado. "Resulta sorprendente pensar ahora en la posibilidad de mandar aviones. Eso no demuestra capacidad operativa de la inteligencia de EE.UU. El protocolo debería estar controlado desde que se anunció la retirada de las tropas estadounidenses", ha enfatizado.