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El expresidente Donald Trump testifica este lunes en Nueva York, en un juicio civil por fraude será interrogado por falsear las cuentas de las empresas del imperio económico familiar. A un año de las elecciones en Estados Unidos, sus problemas judiciales contrastan con su popularidad entre los votantes.

Manuel Herrera, director académico de Relaciones Internacionales de la UNIR, nos cuenta en el informativo '24 Horas' que las sociedades están marcadas por el conflicto. "Si no encuentra una forma de canalizarse a través de las instituciones, formará parte de la calle", explica. El sociólogo considera que "siempre hemos estado en conflicto", ya que es algo innato de las sociedades, pero las redes sociales y los medios de comunicación hace que nada quede oculto actualmente. "Una de las causas del conflicto es qué liderazgo estamos teniendo en el siglo XXI", asegura. ¿Nuestras instituciones están siendo transparentes? ¿Existe confianza de la ciudadanía en ellas? Herrera afirma que vivimos en una etapa de muchos desafíos, pero confía en que "encontraremos la solución".

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, se han reunido por sorpresa durante una hora en Ramala, en Cisjordania ocupada, en el marco de la tercera visita del jefe de la diplomacia estadounidense a la región desde el estallido de la guerra en Gaza entre Hamás e Israel el pasado 7 de octubre. Abás ha pedido el cese de la guerra y Blinken, por su parte, le ha mostrado su compromiso con sus aspiraciones de establecer un estado palestino. Foto: Jonathan Ernst/Pool photo via AP

Estados Unidos es el aliado más poderoso de Israel. Es el que más armas le da y el que más lo defiende frente a la comunidad internacional. Pero, ¿por qué Estados Unidos siempre se pone de su lado? Un equipo de TVE habla con Joel Beinin, profesor de historia y de historia de Oriente Medio en la Universidad de Stanford para desgranar las relaciones entre ambos países, que vienen, especialmente, desde la Guerra Fría y el 11S. Foto: AVI OHAYON/GPO/DPA

Su historia es corta pero intensa, la de una ciudad en perpetuo crecimiento y reinvención. Lejos queda el cliché del petróleo y los cowboys; superada está la imagen que mostraba la teleserie del mismo nombre; curado, el trauma colectivo desencadenado por el asesinato de John F. Kennedy en 1963. Y mientras todo fluye, algo permanece inmutable en el alma de Dallas: su pasión por las artes. Bien lo sabe Janet Kafka, cónsul honoraria de España para todo el norte de Texas. Acostumbrada a recibir visitas, esta antigua alumna de la Complutense nos enseña los rincones más especiales de su ciudad natal. Desde Founder's Plaza caminamos hasta el memorial dedicado a JFK, a una manzana del lugar donde Lee Harvey Oswald acabó con la vida del presidente un 22 de noviembre. En el inmueble desde el que efectuó los disparos abre sus puertas el Sixth Floor Museum, institución que recuerda el magnicidio; la visitamos en compañía de Óscar Vela, de la oficina de turismo de Dallas. Paseamos por el Downtown y nos detenemos en el enorme distrito de las artes, repleto de museos, teatros y auditorios firmados por reconocidos arquitectos como Renzo Piano, I. M. Pei, Norman Foster o Rem Koolhaas. En el veterano Dallas Museum of Art nos atiende su director, Agustín Arteaga. Además contamos con la directora de turismo de Visit Dallas, Liliana Rivera, que nos acompaña hasta Deep Ellum, barrio muy animado y musical en cuya Blues Alley nos espera el muralista urbano Hatziel Flores. Después de echar un vistazo al también bohemio Bishop Arts District ponemos rumbo hacia la Universidad Metodista del Sur, que atesora una de las mejores colecciones de arte español de Estados Unidos en el Meadows Museum. Su directora, Amanda Dotseth, y su responsable de comunicación para España y Latinoamérica, Julián Hernández, nos invitan a recorrer esta peculiar pinacoteca inspirada en El Prado de Madrid. Terminamos viaje en la vecina Fort Worth, donde Estela Martínez, de su departamento de turismo, nos muestra las particularidades de una ciudad que –ésta sí– conserva un auténtico espíritu vaquero, compatible con el amor por el arte que destila su Kimbell Art Museum.

La guerra de Gaza está poniendo a prueba a diplomacia estadounidense. El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken viaja mañana a Jerusalén y allí mostrará de nuevo el respaldo total de su país a Israel, su gran aliado en esa región. Washington apoya las pausas humanitarias para que entre la ayuda a la Franja, pero cada vez hay más voces en el país, que piden un alto el fuego.

Anoche pancartas con "deja de financiar crímenes de guerra" esperaban al presidente Joe BIden. Dentro, una rabina exigía un alto el fuego ya. Pero el presidente no dice alto el fuego. Sólo apoya pausas humanitarias para liberar rehenes o llevar ayuda a ciertos puntos.

En el Congreso, manos pintadas de rojo sangre mientras el Gobierno pedía más dinero para enviar armas a su aliado Israel. Desde el principio de la guerra le han enviado municiones. A principios de octubre, cuando Hamás atacó a Israel, Biden prometió darle todo lo que necesite para defenderse. Ahora, mientras esas armas matan a familias atrapadas en Gaza, Biden modula su discurso. Se centra en pedir ayuda humanitaria y le pide Israel que proteja a los civiles.

Estados Unidos es de los pocos países, sólo 14, que votaron en contra de una tregua en la ONU. 120 votaron a favor. La mayoría de los estadounidenses simpatizan con Israel, pero los demócratas más progresistas, los más jóvenes, los musulmanes... no entienden por qué su presidente no pide una tregua.

FOTO: REUTERS/Kevin Lamarque