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Dos atentados contra el candidato republicano en poco más de dos meses y a 50 días de las elecciones presidenciales de EE.UU. El país no vivía algo así desde 1975, cuando el presidente Gerald Ford sufrió dos intentos de magnicidio en 17 días.

Es otro convulso capítulo de una campaña electoral insólita. El apoyo a Trump tras el tiroteo que sufrió en julio se vio eclipsado rápidamente por el vuelvo en la candidatura demócrata de Harris. La migración está siendo el tema estrella en la campaña.

Donald Trump estaba jugando al golf en uno de sus clubs en Florida, como muchos domingos por la tarde. Un agente del Servicio Secreto vigilaba el terreno varios pasos por delante de él y vio el cañón de un fusil asomar entre la verja y los arbustos. El agente disparó a un sospechoso. El hombre huyó en coche y dejó atrás un fusil de asalto AK47, dos bolsas y una cámara, quizás para grabar lo que se disponía a hacer. 

Trump estaba a unos 300-500 metros, pero con un fusil así no es mucha distancia, cuenta el sheriff.

Persiguieron al sospechoso, rodearon su vehículo y lo detuvieron. Se trata de constructor de Carolina del Norte, afincado en Hawai. Cuando empezó la guerra de Ucrania viajó allí dispuesto a combatir contra los rusos, pero le dijeron que era demasiado mayor e inexperto, según contó él mismo en una entrevista, así que se puso a reclutar a otros voluntarios.

Ayer, mientras lo perseguían, escoltaron a Trump a un lugar seguro. Hace solo dos meses sobrevivió a otro intento de asesinato. Celebraba un mitin al aire libre cuando un hombre le disparó y una bala llegó a rozar su oreja derecha. 

El presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han condenado la violencia política y Donald Trump ha enviado un mensaje a sus seguidores titulado SIN MIEDO. Estoy bien gracias a Dios, dice, pero hay gente dispuesta a hacer lo que sea para pararnos. 

FOTO: AFPTV / AFP

"Kamala Harris le ha cogido el tranquillo a Donald Trump. Como con él no funciona la dialéctica, tomó a cachondeo sus disparates. A otro le habría explicado que los haitianos no comen perros ni gatos, pero el arma más efectiva contra Trump era partirse de risa". Conocemos la 'cara B' de la semana en '24 Horas Fin de semana' con Juan Carlos Soriano.

"Ya lo advirtió Camilo José Cela: con esto del lenguaje políticamente correcto acabaremos llamando a los curas de pueblo 'obispo técnico auxiliar'". Conocemos la 'cara B' de la semana en '24 Horas Fin de semana' con Juan Carlos Soriano: Josep Borrell y Venezuela, Óscar Puente y Adif, Christine Lagarde y el Banco Central Europeo...

El expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha anunciado deportaciones masivas de migrantes si vuelve a la Casa Blanca. Ha sido en un mitin en Las Vegas. Por su parte, la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, ha estado en las zonas más conservadoras de Pensilvania para intentar acortar distancias con Trump en ese estado clave.

Foto: Trump durante un acto de campaña en Las Vegas (Patrick T. Fallon/AFP)

En el debate con Kamala Harris, el republicano Donald Trump aseguró que en Springfield, una ciudad obrera de Ohio, "se comen a los perros, los inmigrantes se comen a los gatos, a las mascotas". Un bulo que ha prendido como la pólvora en Internet. Empezó hace una semana, con un mensaje anónimo en Facebook de alguien que decía que inmigrantes haitianos se habían comido el gato de una amiga de su hija. Lo compartieron cuentas de extrema derecha y el lunes le dio pábulo el mismísimo número 2 de Trump, J.D. Vance. Ahora los carteles del partido dicen así: "No comas mascotas, vota republicano" y los inmigrantes temen por su vida, dicen en un centro que les brinda apoyo. 

En 2020 vivían en Springfield unas 60.000 personas. Desde entonces han llegado cerca de 20.000 haitianos, huían de uno de los países más violentos y tenían papeles. Encontraron trabajo en las fábricas, revitalizaron la ciudad, pero también pusieron a prueba los servicios municipales. 

La tensión estalló en agosto de 2023, cuando un conductor haitiano chocó contra un bus escolar y mató a un niño de 11 años. Después de un año escuchando a políticos republicanos utilizar el nombre de su hijo en sus mítines, el martes su padre estalló: "Ojalá a mi hijo lo hubiese matado un hombre blanco de sesenta años. Los agitadores de odio nos hubiesen dejado tranquilos".

El ayuntamiento aclaró que no hay pruebas de inmigrantes haciendo daño a mascotas. Nada impidió que, horas después, el expresidente que prometió el muro airease el bulo ante millones de espectadores.