Kamala Harris ha recaudado más de 1.000 millones de dólares desde que tomó el relevo a Joe Biden. Cuatro veces más que Donald Trump en el mismo periodo. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, está del lado del republicano. En la lista de Harris aparece otro de los hombres más ricos del planeta, Mark Cuban, inversor y propietario de los Mavericks, de la NBA.
Foto: Elon Musk (Samuel Corum/Getty Images via AFP)
Los candidatos a la Casa Blanca recorren los Estados clave que decidirán quién sucede a Joe Biden. Kamala Harris y Donald Trump han estado en Míchigan.
Allí, el republicano busca el voto de los musulmanes descontentos con los demócratas por la guerra de Gaza. La demócrata ha recibido el apoyo de Michelle Obama.
Huntington Beach era conocida como Surf City, pero últimamente se ha ganado otro apodo: la capital MAGA, por las siglas del populismo liderado por Trump. Se trata de una isla republicana en un mar demócrata, el estado de California. Este municipio de la costa oeste se ha convertido en un retrato a pequeña escala de la América dividida. En poco tiempo se han concentrado aquí casi todas las guerras culturales que se libran a nivel nacional en todo el país.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu informó previamente a Washington de sus planes de ataque a Irán. Ahora Joe Biden pide al Estado persa que no responda. Una llamada a la contención a la que se suman numerosos países, incluido España.
Esperan que aquí termine la confrontación directa entre dos enemigos acérrimos, embarcados en un intercambio de ataques y represalias, de momento muy medidos, que amenazan con una guerra a gran escala en caso de descontrol.
"La determinación de Irán para defenderse, no tiene límites", ha dicho el ministro de Exteriores iraní. Pese a la retórica, los expertos dudan que las partes quieran ahondar el conflicto.
Al menos cuatro militares han muerto, pero la televisión iraní minimiza las consecuencias del ataque. La mayoría de proyectiles, aseguran, fueron interceptados y la normalidad reina en las calles. La mayoría no parece ver razones para devolver el golpe a Israel.
Foto: Majid Asgaripour/WANA (West Asia News Agency) via REUTERS
El candidato republicano Donald Trump cuenta con un importante caladero de votos en el llamado cinturón bíblico de Estados Unidos. Una región formada por varios Estados del sureste, de mayoría protestante, y en la que el expresidente arrasó en las últimas elecciones presidenciales.
Casi 25 millones de estadounidenses han votado ya por anticipado en los estados que lo permiten. Nevada es uno de ellos, un estado bisagra que puede decantarse tanto por demócratas como republicanos. Al contrario que en elecciones anteriores, el expresidente Donald Trumo no ha criticado esta modalidad de sufragio. Quizá porque ha visto que sus votantes también se benefician de ella. Entretanto, los demócratas sí la promocionan. El candidato a vicepresidente, Tim Walz, lo ha hecho predicando con el ejemplo en Minnesota y el presidente Obama en un mitin en Wisconsin. "Si queréis, id ahora mismo. No me sentiré ofendido", bromeaba. "Yo mismo fui y mi guardaespaldas más joven descubrió lo que era un buzón". Sin embargo, en otros lugares, como en el condado de Maricopa, Arizona, se acuerdan perfectamente de lo que pasó cuando Donald Trump puso en duda el voto anticipado. Cientos de personas, muchos con armas, hostigaron a los trabajadores que contaban votos, y muchos siguen recibiendo amenazas hoy.
La corresponsal de TVE en Washington, Cristina Olea, habla sobre su libro "La gran fractura americana" en La noche en 24 horas, un viaje por las contradicciones de Estados Unidos que repasa los últimos convulsos años de la historia del país.