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El tratado de libre comercio entre Estados Unidos y otros once países se ha negociado en secreto durante cinco años. El representante del Gobierno de EEUU.espera "que impulse el crecimiento económico, salarios más altos, el buen gobierno y sirva para reducir la pobreza". Algunos sectores cuestionan el pacto impulsado por Washington porque dudan que vaya a beneficiar a los trabajadores. El acuerdo debe ser refrendado en cada país y en EE.UU. tendrá que debatirse en el Congreso, donde no lo tendrá fácil, ya que algunos sectores demócratas y republicanos están en contra. El tratado es una pieza fundamental de la presidencia de Barack Obama y una herramienta que puede favorecer la influencia de EE.UU.en la región Asia-Pacífico para las próximas décadas,especialmente frente a China, su principal rival que construye estructuras económicas propias en la región. El acuerdo impulsado por EEUU creará un bloque de países, vecinos de Pekín, con normas comerciales consensuadas con Washington. "Si Estados Unidos no moldea las normas comerciales en el mundo para beneficiar a nuestros trabajadores, China dictará esa normas", decía Obama en abril. Desde hace años la Administración Obama tiene como objetivo un mayor liderazgo en Asia, donde pretende centrar su peso comercial, político y militar.

El acuerdo de libre comercio necesita el visto bueno del Congreso de Estados Unidos pero ya tiene el consenso de la docena de países que suponen el 40% de la economía mundial. Aún quedan meses para cerrar los flecos del tratado pero pretende homogeneizar la regulación de las relaciones laborales, eliminar aranceles, aumentar la protección de la propiedad intelectual y defender el medio ambiente. Los críticos con el acuerdo como los sindicatos o los grupos ecologistas creen que favorece a las grandes multinacionales en detrimento de los trabajadores y el medioambiente. Con este tratado, Estados Unidos da un giro estratégico en su política exterior y empieza a mirar a la región de Asia-Pacífico para contrarrestar el peso y la influencia de China. Este acuerdo representa la columna vertebral económica de ese nuevo proyecto geoestratégico de la Casa Blanca.

  • En la orilla americana participan Cánada, Estados Unidos, México, Perú y Chile
  • En Asia: Japón, Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam
  • Los países que han llegado al acuerdo suponen el 40% de la economía mundial
  • El pacto excluye a China, que impulsa otro tratado con los países Asia-Pacífico
  • Pekín dice en un comunicado que espera que impulse el crecimiento de la región

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, ha garantizado este lunes que su país abrirá una investigación completa y transparente sobre el bombardeo que destruyó el sábado un hospital de Médicos Sin Fronteras en la localidad de Junduz, en el norte de Afganistán, provocando 22 muertos: 12 miembros del personal y 10 pacientes. El mundo sigue preguntándose cómo ha podido ocurrir este hecho tan trágico que ha dejado la zona sin asistencia médica porque este hospital era el único de cirugía de guerra. Hablamos con Juan Antonio Gimeno Ullastres, catedrático de la UNED, presidente de Economistas Sin Fronteras y director del Máster de Gestión de Directivos de Organizaciones no Lucrativas de esta misma universidad.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, ha  acusado este lunes a Rusia de "echar gasolina al fuego" en la guerra  civil de Siria y ha afirmado que la solución pasa por una derrota del  Estado Islámico junto con una transición política en la que el  régimen de Bashar al Asad "no puede perdurar".  En una conferencia en el Centro Superior de Estudios de la Defensa  Nacional (CESEDEN), en el marco de su visita oficial a España, Carter  ha lamentado que las decisiones que está tomando el Gobierno ruso  respecto a Siria están siendo "poco útiles" porque mientras dice  combatir al Estado Islámico también apoya al régimen de Al Asad. 

Las calles están desiertas, con cuerpos sin recoger y edificios destruidos por los combates. Las autoridades hacen ondear la bandera, pero siguen sin controlar la ciudad. El ejército afgano cuenta con el apoyo de la aviación de la OTAN. El Pentágono dará a conocer esta semana los resultados de la investigación abierta con motivo del bombardeo de un hospital de MSF. 

Centenares de civiles han huído a pueblos próximos desde Kunduz, ciudad del norte de Afganistán donde, durante toda la semana, se han registrado combates entre fuerzas del ejército y los talibanes. Una lucha en la que las autoridades afganas han contado con el apoyo aéreo de EE.UU. Uno de los bombardeos causó 19 muertos y graves daños en un hospital de Médicos Sin Fronteras. 

ROSA GONZÁLEZ/ RNE.- El presidente de Médicos Sin Fronteras - España, José Antonio Bastos, asegura en RNE que ni el Gobierno afgano ni el estadounidense se han puesto en contacto con la organización tras el bombardeo que ha dejado 19 muertos, 12 de ellos miembros de su personal sanitario. Bastos califica de "traumática" las pérdidas de sus compañeros y la destrucción del hospital de Kunduz.

La primera bomba cayó hacia las 2 y 10 de la madrugada. De inmediato, un responsable de MSF alertó a las autoridades de Kabul y Washington de lo que ocurría. MSF califica el ataque de abominable, y dice que viola las leyes internacionales. Pide una investigación independiente porque las dos partes, asegura, conocían desde el 29 de septiembre las coordenadas GPS  del lugar.