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Rusia asegura haber conquistado Mariúpol, la ciudad portuaria del sur de Ucrania que se ha convertido en símbolo de la resistencia ante la invasión y del sufrimiento de la población civil. Las autoridades ucranianas no han confirmado por el momento que la ciudad haya caído en manos rusas, pero han exigido un corredor humanitario para sacar a los civiles y a los soldados heridos de la fábrica.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha afirmado que sus fuerzas armadas han tomado el control de la ciudad salvo la acería de Azovstal, donde se han hecho fuertes unos 2.000 soldados ucranianos y también hay civiles.

Putin le ha felicitado por la operación y ha cancelado la orden de asaltar la acería. "Considero inapropiado el asalto propuesto a la zona industrial. Ordeno cancelarlo", ha dicho el presidente, que lo ha justificado para evitar bajas propias. "No hay necesidad de bajar a estas catacumbas y arrastrarse bajo tierra por esas instalaciones industriales", ha añadido.

En su lugar, ha pedido que el bloqueo del complejo sea total y que "ni una mosca" pueda salir sin ser detectada.

Foto: La acería de Azovstal, en Mariúpol. REUTERS/Alexander Ermochenko

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llegado este jueves a Kiev, donde tiene previsto reunirse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para trasladarle en persona el pleno apoyo de España ante la invasión que está sufriendo su país por parte de Rusia desde el pasado 24 de febrero. Sánchez ha llegado a primera hora de la mañana a la capital ucraniana en tren, junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. Desde Kiev, ambos mandatarios se han trasladado a Borodyanka, localidad al norte de la capital, que fue asediada y destruida por las tropas rusas. [Guerra Rusia - Ucrania: sigue la última hora en directo]

Foto: El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en Kiev, junto a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. Moncloa.

Rusia asegura haber conquistado Mariúpol, la ciudad portuaria del sur de Ucrania que se ha convertido en símbolo de la resistencia ante la invasión y del sufrimiento de la población civil. Las autoridades ucranianas no han confirmado por el momento que la ciudad haya caído en manos rusas.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha afirmado que sus fuerzas armadas han tomado el control de la ciudad salvo la acería de Azovstal, donde se han hecho fuertes unos 2.000 soldados ucranianos.

Putin le ha felicitado por la operación y ha cancelado la orden de asaltar la acería.  En su lugar, ha pedido que el bloqueo del complejo sea total y que "ni una mosca" pueda salir sin ser detectada.

Foto: Vista de Mariúpol y la acería de Azovstal al fondo.  REUTERS/Alexander Ermochenko

Moscú intensifica los bombardeos en el este de Ucrania. El recrudecimiento de la ofensiva se nota en el oste. Casi veinte mil personas han cruzado a Polonia en un solo día.

El presidente Putin anuncia una prueba de misil balístico intercontinental, que ha alcanzado su objetivo a seis mil kilómetros de distancia. El Pentágono resta importancia a la prueba y prepara un nuevo paquete de ayuda miliar a Ucrania.

Italia, inmersa en una ofensiva diplomática por Africa para salir de su dependencia del gas ruso, algo que, según el titular de transición ecológica, podría ocurrir en un plazo de 18 meses.

Tras del debate de anoche, los equipos de Macron y Le Pen sacan conclusiones y apuran estrategias. Asuntos como la inmigración o la Unión Europea son los principales puntos de choque de sus respectivos programas.

La Reina Isabel II de Inglaterra cumple hoy 96 años.

Fran Sevilla, enviado especial de RNE a Kiev, se encuentra en la estación de tren con el chef José Andrés, fundador de la ONG World Central Kitchen, que está cocinando en unas 400 cocinas y distribuyendo comidas en distintos puntos de Ucrania, a las personas afectadas por la guerra. José Andrés se ha desplazado hasta la estación de Kiev para recibir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y dice sentirse orgulloso de la iniciativa de visitar la capital de Ucrania en un momento tan importante.

Sobre el ataque de un misil hace unos días que impactó cerca de una de las 32 cocinas de World Central Kitchen en Járkov, José Andrés cuenta que elmaterial que pudo ser recuperado de esa cocina se transportó en un camión a otra localización y ayer, incluida una de las voluntarias heridas, se puso la cocina en marcha y se reanudó el reparto de comidas. "Me encuentro bien, obviamente estamos en una guerra y nunca sabes cuándo te puede caer un misil, pero me llega de orgullo ver que a estos ucranianos no hay nada que les pare", cuenta el chef a los micrófonos de RNE. "Es muy importante que cada país, cada democracia, estén al lado del presidente Zelenski y de Ucrania", defiende.

"Hay varias Ucranias a la vez. Te puedo llevar a Kiev y puedes ir a un restaurante y comer sushi. A donde va hoy el presidente, Borodyanka, te encontrabas a personas que llevaban 30, 35, 40 días, en los que no había tenido acceso a comida. Incluso cuando una abuela o madre se aventuraba a salir, podían ser disparadas a sangre fría por un francotirador. Son historias que hemos visto", relata José Andrés, cuya ONG reparte 320.000 comidas al día y han repartido millones de kilos de comidas en bolsas. "Hemos tenido mucha ayuda del presidente de los ferrocarriles, donde llevamos muchos vagones de comida cada día a los diferentes puntos de Ucrania, sobre todo a aquellos que están siendo atacados. Estamos estratégicamente colocando muchos alimentos para que, si esas ciudades se pierden, no suceda lo mismo que hemos visto en Mariúpol y otros lugares", cuenta.

Yaroslav Hrystak, historiador, profesor de la Universidad Católica de Leópolis y ex asesor del expresidente ucraniano Petró Poroshenko, habla desde Ucrania con Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso.

Con la traducción de Ariadna Mishchuk.

Rusia está a punto de tomar la ciudad ucraniana de Mariúpol, situada en el Mar de Azov, asediada y bombardeada desde hace más de un mes. La ciudad portuaria, que antes de la guerra tenía 400.000 habitantes, es ahora un erial donde los cuerpos yacen entre los escombros y unos 100.000 civiles intentan sobrevivir sin víveres o huir cuando tienen la posibilidad, como ocurrió con un pequeño grupo este pasado miércoles.

La resistencia se limita a la planta metalúrgica de Azovstal. Allí combaten aún un número indeterminado de soldados de diversos cuerpos y miembros del Batallón Azov, una milicia de ideología ultraderechista encuadrada en el Ejército ucraniano. Según las autoridades locales y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la planta también hay unos mil civiles, incluyendo familiares de los defensores.

Construida en los años treinta del siglo pasado por Stalin, la planta de Azovstal . Uno de los comandantes de las milicias prorrusas del Donbás la ha descrito como "una fortaleza dentro de una ciudad".

Foto: REUTERS/Alexander Ermochenko

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha asegurado que la visita de Pedro Sánchez a Ucrania es "una manera de dar un apoyo claro a Ucrania y de que los ucranianos no se sientan solos". "Esta guerra no puede caer en el olvido mediático. Es importante que haya viajes constantes y presencia de líderes europeos para que las sociedades sean conscientes de la batalla que se está librando", ha recalcado Batet, que ha visitado varios puntos de acogida a refugiados ucranianos en Polonia dentro de una misión de presidentas de parlamentos de varios países europeos. Batet cree que la guerra en Ucrania pone de manifiesto que el orden mundial está cambiando y que puede ser el momento de la Unión Europea. "La UE debería aprovechar para potencias políticas comunes que no han acabado de arrancar. Ahora hemos visto que somos más capaces de articular una política de defensa, exterior o energética", ha afirmado.

Las sanciones de la Unión Europea, ¿afectan solo a quienes tienen algo que ver con la guerra o a toda la población? ¿Vulneran derechos? Una persona que se vea afectada, ¿puede reclamar? Le preguntamos éstas y otras dudas a Clara Portela, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Valencia.

Pablo, ruso que vive en Moscú, nos cuenta que las heridas que está produciendo la guerra puede que no se curen nunca.

La foto es de nuestra enviada especial Carmen Julia Hernández en un banco de Leópolis.

La relación con Rusia y la diferente visión sobre Europa han marcado los principales puntos de fricción en el debate televisado entre los dos candidatos a la Presidencia de Francia, el liberal Emmanuel Macron y Marine Le Pen, a cuatro días del voto definitivo.

El candidato a la reelección acusó a su rival de dependencia del poder ruso, por el crédito que solicitó en 2015 para financiar su partido a un banco próximo a Moscú, mientras que Le Pen le reprochó de querer "sustituir la ciudadanía francesa por la europea".

Durante las casi tres horas que duró el cara a cara emitido por las principales cadenas del país, Macron se mostró más seguro, hasta el punto de parecer, por momentos arrogante, uno de los peligros sobre lo que le habían advertido sus asesores en los días previos.

Foto: EFE/EPA/LUDOVIC MARIN / POOL MAXPPP OUT.