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La guerra en Ucrania cumple este viernes 79 días con la invasión de Rusia centrada en la región del Donbás. Ucrania sigue resistiendo en algunas localidades de la región de Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, y ha logrado la retirada de las tropas rusas.

Fuera de Ucrania, Suecia ha concluido que su ingreso en la OTAN reduciría el riesgo de conflicto, mientras Finlandia ya apoya su adhesión a la alianza.

El Gobierno y el Parlamento de Suecia han reconocido en un informe que su país entre en la OTAN es bueno para su seguridad, siempre y cuando los aliados "se comprometan a protegernos durante el proceso de admisión", según ha pedido el ministro de Defensa.

El presidente de Turquía ha enfriado el optimismo de Suecia y Finlandia. Ha dicho que no ve bien su adhesión y su voto es imprescidible, porque se exige unanimidad de los 30 miembros de la Alianza Atlántica.

Putin ha convocado a su Consejo de Seguridad para analizar el riesgo de la nueva ampliación después de amenazar con tomar represalias.

FOTO:REUTERS/Michele Tantussi

La actitud de una parte de los ciudadanos prorrusos del Donbás ha cambiado dos meses y medio después de que Rusia comenzara la invasión de Ucrania. El panorama humanitario que ha dejado la guerra, con miles de muertos y millones de desplazados, ha hecho que la población prorrusa de esta región del este del país no vea ya con tan buenos ojos la llegada de tropas rusas.

El reconocimiento del presidente ruso, Vladímir Putin, de la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se tradujo en un estallido de alegría y celebración de la parte prorrusa de la zona. Pero la masacre de Bucha, el asedio de Mariúpol o la propia situación de la zona, en guerra desde hace ocho años, ha despertado el rechazo de la población.

Si te preguntas, ¿cuál es el verdadero apoyo de Putin en el Donbás? O si podrá controlar esta región del este de Ucrania, no te vayas.

Las amenazas Rusia a Finlandia han conseguido el efecto contrario. El país está a punto de acabar con su tradicional neutralidad, que se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial, y solicitar el ingreso en la OTAN, precisamente por la guerra de Ucrania, que ha despertado de nuevos los miedos a su poderoso vecino. Más del 70 % de la población apoya la entrada. Finlandia, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, lleva años preparándose. Dispone de una red de 54.000 refugios, tiene uno de los servicios militares más completos del mundo y dedica casi el 2 % a gasto militar.

La adhesión de Finlandia a la OTAN genera mucha incertidumbre en torno a la posible reacción por parte de Rusia, desde donde ya han comenzado a lanzar amenazas.  Nicolás de Pedro, jefe de investigación del Institute for Statecraft de Londres, ha indicado en Las Mañanas de RNE que, aunque es normal que genere inquietud en Helsinki, “Rusia no tiene nada que ofrecer más que amenazas e intentos de intimidación”. A su parecer, la posición de Finlandia en materia de defensa supone que un ataque por parte del Kremlin no sea “el escenario más probable” y destaca que la capacidad intimidatoria de Putin disminuye significativamente cuando los países a los que pretende amedrentar forman parte o tienen buena relación con la OTAN.