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Este domingo hay elecciones generales en Austria, donde la ultraderecha está más normalizada que en otros países europeos. Pero ahora podría dar un paso más y ser el partido con más apoyo. Ya en su momento, el partido de ultraderecha formó parte del Gobierno, pero ahora la situación es distinta. El Partido de la Libertad (FPO) podría ser el más votado y reclamar la cancillería. Por eso, en su cierre de campaña, el candidato del Partido Popular austríaco ha cerrado la campaña dejando claro que no es posible formar un gobierno responsable con el líder de la FPO, Herbert Kickl.Como en casi toda Europa, la migración da votos a los ultras, pero aquí en Austria el foco apunta también a la economía. Es lo que más ha penalizado a la coalición entre conservadores y los Verdes que gobiernan ahora.

En un país marcado por los casos de abusos sexuales dentro de Iglesia, el Papa no podía eludir la cuestión. En su primer discurso ha condenado los abusos a menores, que define como la vergüenza y la humillación de su institución. "La iglesia tiene que avergonzarse y pedir perdón, y hacer todo posible para que esto no suceda más", ha expuesto minutos después de que el primer ministro belga dijese que "las palabras no bastan". 

Foto: EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

El escritor y realizador belga, Jean Marc Turine, es una de las víctimas de abusos a los que fue sometido por un religioso cuando tenía 14 años. En su viaje a Bélgica, el Papa Francisco tiene previsto reunirse con él. Turine "espera algo de este papa", y su esperanza está puesta en una carta que ha firmado junto a otras víctimas en la que le piden una orden clara para que se investigue a fondo los abusos, se reparen a las víctimas y se haga una reflexión sobre el celibato. El portavoz de los obispos dice que entiende las demandas de las víctimas, pero que no es cierto que no se haya hecho nada. Los escándalos por los abusos sexuales han sacudido este país de larga tradición católica. Uno de los más sonados, el del exobispo de Brujas, al que el Vaticano expulsó hace unos meses, 14 años después de haber confesado las agresiones.

Los aplausos son dedicados un día más para Gisele, que desde hace cuatro semanas se encuentra en la sala junto a su exmarido y a los cincuenta hombres que abusaron de ella. Verles y escucharles es una situación dura que le hace revivir cada jornada. Gisele se ha convertido en un símbolo para todas las mujeres, pese a que tiene que enfrentar ser puesta en duda o acusada de tendencias exhibicionistas, como alegaron los abogados de la acusación. En la misma sala, la víctima comparte asiento con mujeres que defienden a sus padres y maridos porque ellos, aseguran, siempre pensaron que era un juego entre ella y su pareja.