Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

El Ibex 35 ha bajado este viernes el 0,42%, pero finaliza la semana con un repunte del 3,70%, la tercera mayor subida de 2011, y eso a pesar de los problemas de Portugal y la rebaja, por parte de Moody's, de la calificación de la deuda de una treintena de entidades españolas. El principal indicador de la bolsa española ha bajado hasta 10.710,40 puntos, con lo que las ganancias anuales se reducen hasta el 8,63%. De los grandes valores, Iberdrola subió en la semana el 4,79%; mientras que Repsol YPF, lo hizo el 4,74%; BBVA, el 4,28%; Telefónica, el 2,83%, y el Santander, el 2,76%. Las principales plazas europeas se desmarcaban de la tendencia a la baja en España y han registrado ganancias de forma generalizada, ya que Fráncfort ha subido el 0,41%; Londres, el 0,54%; y París, el 0,28%.

La situación política de Portugal sigue siendo incierta: mientras el presidente del país inicia la ronda de consultas con los partidos políticos, aún se desconoce si finalmente aceptará la dimisión del socialista José Sócrates como primer ministro. Si así lo hiciera, debería disolver el Parlamento y el gobierno interino que dirigiría el país hasta las elecciones no tendría poder para solicitar un rescate financiero, algo que en la situación actual del país podría convertirse en urgente.

  • EE.UU., Francia y Reino Unido acuerdan con Turquía las condiciones
  • El traspaso se hará el lunes o el martes relevando a Estados Unidos
  • El asunto ha estado estancado durante días por la resistencia francesa
  • Francia señala que los ataques durarán "el tiempo necesario", pero no meses

Los mercados europeos han reaccionado con ganancias ante un posible rescate a Portugal. El Ibex 35 ha subido un 1,11%. El gran problema es la inversión de los bancos españoles en Portugal, que alcanza los 77.000 millones de euros. Un rescate bajaría la valoración de las inversiones en el país luso.

La situación de Portugal, ante la posibilidad de que el país luso tenga que ser rescatado, al haber rechazado su Parlamento el plan de medidas anticrisis, ha marcado los debates en la cumbre del Eurogrupo sobre el Pacto por el euro. El primer ministro luso, José Sócrates, no ha querido hablar sobre la posibilidad de un rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional al país luso.

El secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, ha señalado que España es "una economía muy distinta de Portugal", en referencia a la situación de crisis producida tras no poder ser aprobado su plan de medidas de austeridad y haber dimitido el primer ministro luso, José Sócrates. Garrido considera que la fortaleza de España queda probada de acuerdo con la valoración del resto de países europeos sobre las medidas adoptadas, como la reforma de las pensiones.

La crisis política provocada por el rechazo del parlamento a las nuevas medidas de ajuste económico hace que la necesidad de un plan de rescate cobre cada vez más fuerza.

Ya está ultimado el Mecanismo de Estabilidad permanente, el que entrará en funcionamiento a mediados de 2013, pero el actual, el que podría salir en auxilio de Portugal, no verá ampliadas sus capacidades hasta junio.

El secretario de CC. OO., Ignacio Fernández Toxo, ha afirmado en Los desayunos de TVE que ve a Zapatero "excesivamente optimista" sobre la ausencia de repercusiones en España de un posible rescate de la UE a Portugal, ya que asegura que "alguna repercusión va a tener" y que cada vez que cae una pieza del dominó europeo "el riesgo para el conjunto es mayor". Ha advertido de que si finalmente la economía lusa recibe apoyo financiero para evitar su quiebra, desaparecería "una de las barreras que separan a España de esa situación", refiriéndose al peligro de un posible efecto contagio. No obstante, matiza que la situación de la economía española es "distinta" a la de Portugal, y que sólo hay que ver el nivel de la prima de riesgo española, que actualmente está, en su opinión, en unos "parámetros manejables".

La dimisión del primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, junto al rechazo de las últimas medidas de recorte de gasto, han colocado al país al borde de la petición de ayuda externa.