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Según una encuesta encargada por un semanario francés "Le Journal de Dimanche", tres de cada cuatro franceses temen que el Partido Socialista de Hollande acabe partiéndose. El partido atraviesa una de sus más graves crisis después del cambio de gobierno forzado por el primer ministro Manuel Valls.

La vendimia era hace unos años una oportunidad, ahora ha pasado a ser una necesidad. La cara de los temporeros ha cambiado y cada vez hay más universitarios que acuden a Francia a recoger la uva.

El nuevo ejecutivo francés es fiel a Hollande y, con Manuel Valls a la cabeza, mantendrá la línea económica de austeridad en un momento crítico para Francia. Bruselas ya ha pedido a París que acelere las reformas, a unas horas de que se conozcan las nuevas cifras de paro.

En Francia, el presidente François Hollande  ha nombrado a un afín liberal como ministro de Economía en un nuevo Gobierno sin críticos.  Emmanuel Macron, asesor de Hollande, es el nuevo ministro de Economía. Se zanja la crisis abierta en el socialismo francés, de modo que se ha decidido apostar para su nuevo Gobierno por la línea de la austeridad y las reformas defendida por el primer ministro, Manuel Valls, ha anunciado además que se someterá a una cuestión de confianza en la Asamblea en septiembre u octubre. 

El nuevo Gobierno irá hacia una mayor flexibilización laboral. Hollande rechaza una política más social en aras de recuperar la competitividad de su economía, recortando 50.000 millones del gasto público, y ayudando a la patronal con 40.000 millones menos de costes laborales.

La crisis ha saltado tras las críticas de los ministros de Economía y Educación, contrarios a seguir las directrices de austeridad de la canciller alemana Angela Merkel. El presidente Hollande ya ha encargado a su Primer Ministro que forme nuevo gobierno.