El expresidente francés Nicolás Sarkozy ha acudido en la madrugada del martes a la sede de la brigada anticorrupción de la Policía judicial, donde permanece detenido para declarar en el marco de un caso de tráfico de influencias.
El exjefe del Estado (entre 2007 y 2012) ha llegado a primera hora del martes en un coche negro con las cristales tintados a la sede de la dirección central de la Policía judicial en Nanterre, París.
Los agentes, según indican los medios franceses, le han colocado en régimen de garde à vue, una medida inédita hasta ahora para un antiguo mandatario, y según la cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas en caso de que sea necesario.
La toma de declaración tiene lugar en el marco de una investigación judicial iniciada el 26 de febrero, en la que se investiga si Sarkozy intentó obtener de un magistrado información reservada acerca de la investigación iniciada contra él por la presunta financiación ilegal, con dinero libio, de su campaña electoral de 2007.