Tras la muerte de 125 personas en un campo de fútbol, Indonesia ha suspendido a siete policías y se investiga a todos los agentes que lanzaron gases lacrimógenos para reprimir unos disturbios que acabaron en una estampida mortal.
El equipo de fútbol indonesio Arema se ha ofrecido a pagar indemnizaciones, aunque el Gobierno ya ha dicho que en uno o dos días entregará el equivalente a 3.200 dólares a las familias de las víctimas.
Una comisión independiente se encargará de investigar los altercados en el estadio de fútbol de Kanjuruhan. La investigación deberá comprobar si se vendieron 4.000 entradas más de lo debido y si varias salidas de emergencia estaban bloqueadas.
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