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Lo que empezó como una revolución contra el régimen de Bachar el Assad, en pleno auge de las primaveras árabes, derivó en una guerra civil que abrió la puerta a los yihadistas. En este tiempo, se calcula que han muerto 215.000 personas y hay unos 10 millones de desplazados. Casi la mitad han huído de Siria. 

El 15 de marzo de 2011 un equipo de TVE viajó hasta Damasco para cubrir la visita oficial de la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez. Fue testigo de una pequeña manifestación de jóvenes que pedía más democracia y libertad, junto a la Mezquita de los Omeya. Aquella tímida protesta se extendió rapidamente a otras ciudades que fueron brutalmente reprimidas por el régimen sirio de Bachar al Asad.

  • La ciudad siria ha pasado de tener 2.500 médicos a apenas 97 en cuatro años
  • La población se encuentra desprotegida frente al aumento de la violencia
  • Los ataques con bombas de barril dejan muertos y mutilados a diario
  • En su quinto año de guerra, Alepo se encuentra al borde de estar sitiada

Este jueves comenzamos con uno de esos aniversarios dolorosos. Con una herida abierta desde hace cuatro años que supura en la conciencia colectiva de la humanidad. Una semana de marzo como esta, en 2011, miles de sirios comenzaron a salir a las calles pacíficamente, a la estela de esa llamada Primavera Árabe, para protestar contra el régimen de Bachar al Assad. La posterior represión ha sumergido al país en la oscuridad de la que, según Naciones Unidas, es la peor catástrofe humanitaria de la actualidad.