El Gobierno israelí trasladó a otras zonas del país, consideradas seguras, a los habitantes de los kibutz atacados por Hamás el 7 de octubre. Muchos de ellos han acabado en Eliat, en la costa del mar Rojo, un lugar amenazado ahora por los ataques de los hutíes yemeníes.
Rosana nos atiende con una gran piscina y sombrillas detrás, en un entorno idílico para un turista, que para ella es solo el lugar en el que cada día revive el 7 de octubre.
Era maestra en el jardín de infancia de su kibutz. Dice que crio a muchos de los niños y padres que asesinó Hamás. Ahora intenta cuidar a los que han sobrevivido en la guardería que han levantado en el hotel que los aloja a 300 kilómetros de su casa.
Son hoteles de 4 y 5 estrellas donde no pasean turistas, sino supervivientes de los atentados de Hamás. Llevan aquí en torno a dos meses, un lugar al que les trajo el Gobierno de Netanyahu. Estos supervivientes se pregunta cómo rehacer su vida mientras esperan que liberen a sus rehenes que son sus hijos, sus padres o sus hermanos.
Paula pudo huir con sus hijos, pero los hijos de Silvia están secuestrados, mientras continúan los bombardeos sobre Gaza.
Como otros supervivientes con los que hemos hablado, aseguran que nunca regresarán a su casa