Muchos vecinos ya pueden volver a sus casas tras ser desalojados en la actual ola de incendios. En muchos casos se encuentran sus hogares completamente calcinados, o sus recuerdos desaparecidos tras las llamas. En Folgoso de Courel (Lugo), solo cuatro de las 15 casas han sobrevivido al fuego.
Foto: Uno de los pueblos destruidos, Vilar de Castro, donde ardieron varias casas en O Courel, Lugo. EFE/ Eliseo Trigo
Las llamas están arrasando miles y miles de hectáreas en Europa, sobre todo en Francia, en Portugal y en España. La UE ha movilizado también aviones para apagar fuegos activos en Eslovenia. Este mecanismo de ayuda se activó nueve veces el verano pasado, este año ya llevamos cinco y nos queda todo el verano por delante. En Gran Bretaña, hasta ahora, la temperatura más alta registrada había sido 38,7º, en 2019. Este martesse esperan entre 40 y 42. En Italia el pico es de 42 °, es el sur de Europa, pero la ola avanza hacia el norte. En Alemania esperan 40º entre el martes y el miércoles.
Ante la virulencia de los incendios, los vecinos a veces no pueden remediar el impulso de querer hacer algo contra las llamas que están devorando su entorno. Pero puede ser muy peligroso y obstaculiza el trabajo de los profesionales. Si se quiere ayudar, nos explican, lo mejor es preguntar a los responsables y, siempre en segunda línea de fuego, echar una mano, en labores logísticas o de avituallamiento.
Solo en Zamora se han quemado cerca de 30.000 hectáreas, que se suman a las 25.000 que ardieron en junio en la Sierra de la Culebra. También preocupa el de Cebreros, en Ávila, que parece haber sido provocado por una colilla mal apagada y afecta a 3.500 hectáreas. En total, la comunidad de Castilla y León tiene 12 fuegos activos. Los brigadistas se quejan del avituallamiento que reciben. El chef José Andres ha acudido a la zona para proporcionarles comida. Tanto en Zamora como en Ávila proponen declarar el nivel 3 de peligrosidad en los incendios para tener más medios, aunque son conscientes, dicen, de la falta de recursos a nivel regional y estatal.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha informado este martes de que el Comité Nacional de Seguimiento estima aún 39 incendios declarados en España, de los que 24 siguen activos. El último episodio de fuegos en todo el país ha dejado hasta el momento 8.000 personas evacuadas y dos fallecidos.
La ministra ha asegurado que en esta segunda ola de calor se han perdido 20.000 hectáreas por los incendios. "En lo que va de año hemos perdido 70.000 hectáreas, el doble de la media de la última década", ha agregado.
Cuando los incendios alcanzan el nivel 2 de peligrosidad, el Gobierno de España envía habitualmente dotaciones de la Unidad Militar de Emergencias, UME.
Cantabria es una tierra de contrastes y por ello hemos querido hablar con dos trabajadores del área rural: Rubén Barona Aranburu, guía del Parque Nacional de los Picos de Europa y apicultor en Vendejo, y Pilar Arango, pastora en la aldea de Lerones y representante de Ganaderas en Red. Arango explica que, como mujer en el ámbito rural, puede tener complicaciones iguales a las de una trabajadora de ciudad. Pero destaca que sí cuentan con beneficios a la hora de conciliar de los que no disfrutan las otras, como puede ser que sus hijos les acompañen al trabajo desde bien pequeños: "Yo me llevaba a mi niña a pastorear con un año e incluso con seis meses". Rubén considera que, aunque cada vez sean menos los que lo hacen, sí se puede vivir de la ganadería en la zona.
Además, Pilar Arango hace hincapié en la importancia de la ganadería extensiva en la prevención de incendios, ya que, explica, las vacas y las ovejas se encargan de limpiar el terreno de matojos y ramas que puedan arder. Y Aranburu avisa de los indicios de crisis climática que empiezan a notarse en los Picos de Europa, tales como la desaparición del hielo fósil que permanecía en las cuevas heladas de la zona.
Acompañamos a algunos de los vecinos que han podido volver a sus hogares tras los incendios que han quemado casi 7.000 hectáreas en el Valle del Jerte, Casas de Miravete y Las Hurdes, en Extremadura.
En el Telediario hemos acompañado a un equipo de extinción para ver el trabajo que queda por hacer cuando se apagan las llamas. “Es un trabajo oscuro”, que dura varios días, cuenta uno de los agentes en una zona calcinada en Extremadura. Piden más medios ante unos incendios “más virulentos” y ante los que se sienten desbordados.
Foto: Medios aéreos trabajan en la extinción del incendio declarado en la zona próxima a Casa de Miravete y Deleitosa (Extremadura). EFE/Ismael Herrero