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Israel ha pedido la dimisión del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras sus palabras en el Consejo de Seguridad sobre el ataque de Hamás, que se celebró este pasado martes. Guterres condenó los ataques de Hamás el y de octubre pero añadió: "no viene de la nada, sino de 56 años de ocupación".

El Consejo de Seguridad ha vuelto a tratar sobre la guerra entre Israel y Hamás, sin llegar a ningún acuerdo. Estados Unidos ha hablado por primera vez de pausas humanitarias mientras Rusia fue más allá y pidió un alto el fuego.

Foto: AP Photo/Seth Wenig

Javier Solana, ex secretario general de la OTAN, alto representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, se ha acercado a Las Mañanas de RNE y ha presentado su libro ‘Testigo de un tiempo incierto. De la caída del Muro a la invasión de Ucrania’, ensayo ganador del Premio Espasa 2023.

En relación con la Guerra de Israel y Hamás en Gaza, Solana ha asegurado que “Israel nunca ha estado convencido de que los dos estados sea un objetivo. Para ellos siempre ha sido un objetivo a tratar de que no llegara nunca.” Explica que “para los palestinos es muy difícil tener liderazgo porque no tienen un estado donde desarrollarlo" y considera que “la UE está haciendo las cosas bien, pero Ursula von der Leyen no mostró ninguna simpatía humana por lo que estaba pasando." Ha resaltado que en cualquier guerra, la ayuda humanitaria ha de ser tenida en cuenta y que "hay que saber el derecho que tienen los pueblos que están atacados para poder vivir."

Javier Solana ha hablado de la relación entre EE.UU y China y considera que “la relación comercial entre ellos está subiendo a pesar de todo.” Sobre la guerra en Ucrania, ha manifestado que es un conflicto que “el mundo no la entiende” y plantea que “Putin no está pensando en un alto al fuego pronto.”

El ex secretario general de la OTAN que fue también alto representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, ha asegurado, al ser preguntado en Las Mañanas de RNE por si es "realista" pensar que puede haber una paz duradera entre los israelíes y los palestinos, tres semanas después de que estallara el conflicto después del ataque terrorista de Hamás contra Israel, que hay que ser "en cierta manera optimistas", pese a que no va a haber "una solución a este problema que lleva ya muchos años", pero ha pedido "tener la esperanza de que un día podremos arreglarlo". Solana recuerda que estuvo en los acuerdos de Oslo en la Casa Blanca, pero que poco después de que se firmaran, Isaac Rabin fue asesinado por un israelita, lo que hizo que "se deshiciera el empuje de los acuerdos de Oslo" y desde entonces "no hemos vuelto a tener realmente un momento de esperanza, pero hubo altos y bajos, y creo que Israel nunca ha estado convencido en que los dos estados eran un objetivo, sino un objetivo a tratar de que no llegara nunca". En relación con la situación de Gaza, Solana ha dicho que la parte humanitaria de cualquier conflicto ha de ser tenida en cuenta, porque también se trata de que la guerra "no sea cruel", de una parte tienen la "capacidad del Ejército", la otra tiene guerrilleros y tecnología que ha sido capaz de hacer daño, lo que ha hecho Hamás es "muy cruel también" ha señalado, pero hay que tener en cuenta el "derecho de los pueblos atacados a poder vivir, los palestinos nunca han tenido una aproximación a lo que debería haber sido, los dos estados". Foto: EFE/Pedro Puente Hoyos.

Israel ha pedido la dimisión del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras sus palabras en el Consejo de Seguridad sobre el ataque de Hamás, que se celebró este pasado martes. Guterres condenó los ataques de Hamás el y de octubre pero añadió: "no viene de la nada, sino de 56 años de ocupación".

El Consejo de Seguridad ha vuelto a tratar sobre la guerra entre Israel y Hamás, sin llegar a ningún acuerdo. Estados Unidos ha hablado por primera vez de pausas humanitarias mientras Rusia fue más allá y pidió un alto el fuego.

Foto: REUTERS/Shannon Stapleton

Jesús Argumosa, General de División y exjefe de la Escuela de Altos Estudios de la Defensa, ha explicado en La Noche en 24 horas la situación de la guerra entre Israel y Hamás. “La guerra que nos viene por delante es muy complicada, será muy cruel”, ha indicado, matizando que Israel conoce cuáles son los efectos de sus ataques: "Creo que Israel tiene medios suficientes de vigilancia y sensores como para saber qué van a conseguir, aunque no es fácil".

Además, ha identificado dónde se está librando parte de la guerra. "El centro de gravedad de los terroristas está en los túneles, en las galerías, que es lo desconocido", ha señalado.

Asimismo, ha destacado loa importancia de la ayuda humanitaria y la presión que están ejerciendo algunos países hacia Israel. "Hay países que piensan que están presionando a Israel para que entre ayuda humanitaria antes de la ofensiva. Netanyahu está pendiente de lo que dice la comunidad internacional", ha defendido Argumosa.

No descarta la posibilidad de que puedan adentrarse otros países en el conflicto: "Veo riesgo de que pueda entrar Irán. Ha tenido mucho protagonismo porque ha alimentado a Hamás”.

El ejército de Israel anunció hace días una inminente invasión terrestre en la Franja de Gaza que no se está llevando a cabo. Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano y oficial de la Escala Superior de las Fuerzas Armadas en la reserva, afirma que "ningún ejército, incluso el israelí, está preparado para este tipo de combate urbano, sobre todo si quiere evitarbajas". Por ello, considera que el gobierno de Netanyahu está "alargando e intensificando la fase aérea para que, si esa invasión terrestre se produce, se encuentre una infraestructura debilitada". Arteaga muestra su preocupación porque esto pudiera abrir nuevos frentes en la región: "La escalada se puede producir de forma deliberada por una de las partes, pero tambien de forma accidental. Además de Israel y Hamás, hay muchos actores estatales y no estatales que están tratando de buscar protagonismo".

La "Nakba" o la "catástrofe", es como llaman los palestinos a la creación del estado de Israel y el posterior éxodo de 700.000 personas tras la guerra.

Naciones Unidas les otorga un triste reconocimiento: son la población refugiada más antigua del mundo. Sus descendientes, considerados refugiados también, son casi 6 millones de palestinos.

Ahora, la anunciada intervención en Gaza por las tropas israelíes para acabar con Hamás plantea en qué situación quedará después el territorio y si quienes se marchan podrán regresar.

La gran preocupación ahora es que la guerra de Israel y Hamás se extienda. No solo es un conflicto entre israelíes y palestinos en Gaza. o en Cisjordania. También está activo el grupo chií Hizbulá, en el sur del Líbano. Y financiando a Hamás y Hizbulá está un gran enemigo de Israel y Estados Unidos: Irán. Por eso Washington ha enviado dos grupos de portaviones.

Yocheved Lifshitz, una israelí de 85 años que acaba de ser liberada por Hamás, ha relatado su secuestro desde el hospital de Tel Aviv. Visiblemente afectada y con la ayuda de su hija, cuenta cómo los milicianos de Hamás la secuestraron en su casa el pasado 7 de octubre.

Lifshitz afirma que la golpearon y la llevaron en la parte trasera de una moto hasta la red de túneles subterráneos donde ha estado en cautiverio durante 15 días, aunque recalca que la han tratado bien. Junto a ella ha sido liberada, también por "razones humanitarias", Nurit Yitzhak, de 80 años, tras la mediación de Catar y Egipto.

Los maridos de ambas mujeres, que también fueron secuestrados, siguen en manos de los islamistas. Los cuatro fueron raptados el 7 de octubre en sus casas por Hamás en el kibutz de Nir Oz, donde milicianos de Hamás mataron a varios miembros de esa comunidad.

El marido de Lifshitz es el conocido activista por la paz Oded Lifshitz, de 83 años, que ha transportado a enfermos de cáncer en Gaza a hospitales israelíes para que recibieran tratamiento.

Todavía quedan 218 personas en manos de Hamás. Sus familias presionan para que vuelvan a casa, pero la liberación de todos ellos será un proceso largo y complejo.

Dafna, de 15 años, y su hermana Ela, de 8, son dos rehenes de Hamás en Gaza. Su madre Maian muestra las pocas prendas que ha recuperado del Kibutz en el que fueron secuestradas. Ese fin de semana las niñas estaban en casa de su exmarido. Ella estaba en Tel Aviv y supo del ataque por televisión.

Los milicianos los mantuvieron horas retenidos. Antes de llevarse a sus hijas, mataron a su exmarido, su actual mujer y al hijo de ésta de 17 años.

Maian ha encontrado en redes sociales una foto de su hija después del secuestro.

En Gaza actualmente Hamás tiene a treinta niños rehenes.

Maian nos cuenta que nunca inculcó a sus hijas el odio hacia los árabes y que espera que eso les ayude a sobrellevar el cautiverio.

Israel anuncia que ha alcanzado 400 objetivos de Hamás en las últimas horas. Lo que no captan las cámaras de sus bombarderos es esta otra imagen: la morgue de Jan Yunis, en el sur de la Franja, una zona supuestamente segura. Esta mañana han llegado aquí otros 32 cuerpos. Todos han sido rescatados de un mismo edificio, en el que había un centenar de personas procedentes del norte.

Yocheved, de 85 años y Nurit, de 79, son las dos rehenes que han liberado las Brigadas de Al Qassam. Yocheved y su marido, que sigue secuestrado, vivían en este kibutz atacado de Nir oz. Los dos llevaban años trasladando a palestinos enfermos de cáncer desde Gaza a hospitales israelíes. “Ha sido un infierno, no sabía qué iba a pasar”, dice Yocheved. Rodeada de familiares, ha contado que la golpearon con palos en el trayecto en moto hasta una red inmesa de túneles pero que el resto del cautiverio, el trato fue bueno.

“Nos dijeron que eran musulmanes y que no nos harían daño, nos dieron medicinas y comida”, cuenta Yocheved, que vio al llegar a una sala a unos 25 rehenes. Horas después se llevaron a cinco, incluida ella, a habitaciones separadas custodiadas por vigilantes. No la dejaron con su marido.

Nurit, de 79 años, parece estar más delicada. La hemos visto ser trasladada en camilla. El hospital ha dicho que en 24 o 48 horas una podría ser dada de alta. La otra permanecerá en observación.

FOTO: REUTERS/JANIS LAIZANS